La de ayer lunes no fue una jornada más de pretemporada para Natxo González. Pese a que el preparador albiazul siguió el plan habitual de trabajo y dirigió la doble sesión de trabajo matinal y vespertina que él mismo había programado, lo cierto es que tenía un buen motivo para que el día fuera especial. Y es que el entrenador vitoriano cumplió ayer, 29 de julio, 47 años. A buen seguro que uno de los deseos que pidió al soplar la tradicional tarta fue conseguir un nuevo éxito al frente del Glorioso.
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