Vitoria. Llegada la fase final de cada temporada las diferencias que marca la clasificación suelen diluirse por completo y a la vista del espectador las distancias entre el que ocupa puestos de privilegio y el que habita en zona de peligro se reducen significativamente. Suelen bajar un poco el ritmo los de arriba y aprietan a fondo el acelerador los de abajo. Unos regulan mirando al futuro o teniendo más o menos asegurados sus objetivos, mientras que otros realizan un último esfuerzo en su pelea por salvarse. Por eso -y por otras cuestiones que nada tienen que ver con lo que pasa sobre el césped y mucho con el movimiento de billetes- en las últimas jornadas del calendario es tan normal que las sorpresas se sucedan. Por eso el Deportivo Alavés no puede permitirse un mínimo de confianza ante el Racing B, ya que por mucho que se enfrenten primer y último del Grupo II la experiencia reciente ya advierte del riesgo de este tipo de partidos.
El conjunto cántabro tiene muy complicada la permanencia -se encuentra a siete puntos de la salvación y a cinco del mal menor que es el play off y, además, puede verse condenado por el descenso a Segunda B del primer equipo-, pero antes de rubricarla ya ha soltado unos cuantos zarpazos a algunos de los mejores equipos de este lote. Sin ir más lejos, la semana pasada consiguió el Racing B sacar un punto de su visita a Barakaldo impidiendo de esta manera que el cuadro fabril igualase al Lleida en la cuarta posición. Cuatro jornadas atrás, entonces en La Albericia, fue el Bilbao Athletic el que sufrió en sus carnes el dolor de una derrota que le impidió acercarse al primer puesto del Alavés, que en esa misma jornada empató en su visita a un Sestao que también estaba en la zona baja y sacó lo mejor de sí mismo para llevarse un punto.
En general, el equipo de Natxo González ha sabido manejar bastante bien este tipo de compromisos ante oponentes de la zona baja de la clasificación, pero una de sus dos derrotas en la segunda vuelta (Osasuna B) y dos de las tres de la primera (Real Sociedad B y Zaragoza B) llegaron ante oponentes que están peleando por escaparse del pozo Y, curiosamente, todos ellos eran filiales, una tipología de equipos ante los que los resultados han sido irregulares a lo largo del presente curso con dos victorias, dos empates y las tres citadas derrotas.
Pero lo que supone una amenaza para los alavesistas también lo es en esta jornada para sus dos rivales directos en la pelea por el primer puesto. El Eibar, por ejemplo, tiene que medir su racha de seis victorias consecutivas ante un Sestao River que buscará en Las Llanas los puntos que le aseguren una salvación casi matemática. Los armeros parecen haber olvidado su mala racha, pero cuando se sumieron en ella se convirtieron en oponentes accesible para cualquier rival, sobre todo a domicilio como demuestran su derrota en Teruel o su empate en la visita al Izarra.
Precisamente el cuadro de Estella, uno de los equipos más en forma en estos momentos, también puede convertirse en aliado albiazul en la presente jornada en su enfrentamiento con el Bilbao Athletic. Los cachorros son prácticamente inabordables cuando juegan en Lezama, pero el conjunto navarro solo ha perdido uno de sus últimos siete compromisos y está haciendo todo lo posible por abandonar la zona de descenso, lo que podría conseguir de sumar una victoria. El equipo de José Ángel Ziganda tiende más a fallar cuando actúa lejos de su feudo -ahí está el reciente tropiezo en la visita al Racing B o los vividos antes frente a Sestao o Real Sociedad B-, pero no puede descartarse la sorpresa mañana.