En su reciente andadura en la Segunda División B le ha tocado al Deportivo Alavés padecer casi de todo, pero en esta temporada el vaso de los infortunios ya se ha desbordado sobradamente. La casualidad lleva puesta en contra del conjunto vitoriano casi desde el arranque de la pretemporada y en una sola campaña se han superado todos los males de los cursos precedentes. Y eso que hay para rellenar un completo historial médico, ya que si algo no le ha faltado a este club en su periplo por la categoría de bronce es la mala suerte con unas lesiones que, en última instancia, han golpeado con dureza a Urtzi Iturrioz dentro de una campaña como la presente en la que los problemas se han sucedido con particular crudeza.

En la campaña 2009-10, la primera en Segunda B, el principal protagonista de las desgracias fue el actual jugador del Cartagena Diego Segura. El mediapunta sevillano se pasó media campaña aquejado de unas molestias en la rodilla, mientras que en los casos de Óscar Martínez e Igor Cuesta Segura fueron lesiones musculares las que les impidieron tener más minutos. El central vizcaíno, rival el domingo como integrante del Sestao, vivió el episodio que generó mayor miedo en el equipo, al recibir un golpe en el transcurso del partido en Lugo por el que perdió el conocimiento y hubo de pasar una noche hospitalizado en tierras gallegas.

En el segundo curso en la categoría, el 2010-11, el foco de los males estuvo centrado en la figura de un Jules Pardo que padeció dos lesiones graves de rodilla. Más allá de las habituales lesiones musculares que afectaron a muchos jugadores -de nuevo Igor Cuesta vivió un calvario en este sentido-, el mediocentro francés se llevó la peor parte de una temporada en la que Geni también tuvo una lesión severa en la rodilla y en la que el incidente desagradable tuvo como protagonista a Ander Alaña, a quien Urko Vera rompió la nariz en el duelo con el Lemona en Arlonagusia.

Ya la pasada campaña, la 2011-12, los problemas con lesiones un tanto extrañas fueron en aumento de manera considerable. La primera de extrema gravedad se produjo durante la pretemporada, cuando Pablo Gallardo sufrió una compleja lesión de cadera que le mantuvo en el dique seco durante más de medio año y que finalmente -durante la recuperación sufrió también un esguince de tobillo- le impidió estrenarse con la camiseta albiazul. Quien sí llegó a jugar, aunque poco, fue Kike Tortosa, quien apenas pudo ofrecer nada antes de conocerse que sufría un grave problema discal en la espalda.

Estos dos fueron los casos más graves y menos comunes, pero no los únicos a los que tuvieron que hacer frente los galenos alavesistas. Así, Gorka Azkorra se pasó media temporada lastrado por las dolencias musculares, otro mal que afectó a un Luis Prieto que las vivió de todos los colores con problemas también de rodilla y tobillo. Por si fuera poco, el central de Dima también hubo de pasar una noche ingresado en un hospital vitoriano por sufrir un traumatismo craneoencefálico. También Fachan se perdió buena parte de la temporada por un problema en la rodilla.

La suma de problemas es importante, pero parece quedarse en nada cuando se echa un vistazo al historial del presente curso, que tiene en la lesión de muñeca de Urtzi Iturrioz -a la que hay que añadir tres problemas musculares- a su último desgraciado protagonista. Y la lista es de todo menos corta, ya que de los futbolistas que llevan en Vitoria desde julio solo seis se han librado de pasar por la enfermería.

seis graves Las lesiones más graves son, sin lugar a dudas, las que han afectado a Rubén Negredo y Miguel Martínez. Los dos han sufrido a lo largo del presente curso la rotura del ligamento cruzado de sus rodillas izquierdas, uno de los problemas más graves a los que se puede enfrentar un deportista y que les obligarán a permanecer en el dique seco hasta el principio de la campaña venidera.

También la rotura en un ligamento de la rodilla, aunque en su caso el interno, mantuvo a Agustín Fernández durante dos meses al margen del equipo al inicio del curso. El extremeño acaba de recuperarse esta misma semana de un fuerte esguince de tobillo. Esta última articulación fue el quebradero de cabeza para Sergio Ayala hasta la segunda vuelta. Eso sí, para caso extraño el de Luismi, aquejado desde el arranque de la temporada de unas molestias en el gemelo de las que no se podía determinar la causa y que finalmente se descubrió que eran provocadas por un síndrome compartimental del que fue operado hace un par de semanas y que le mantendrá convaleciente hasta finales de abril.

Las lesiones musculares también han tenido una incidencia importante en el equipo y existe incluso algún caso que todavía no está muy claro, ya que hace poco Miki descubrió que había estado jugando con un dedo del pie roto. Y, para colmo, un par de sustos morrocotudos en forma de desmayos. El primero lo vivió Natxo González en los prolegómenos del partido ante el Noja; el segundo, lo protagonizó Manu García hace un par de semanas.