vitoria. El gol es la obsesión de cualquier equipo. No hay delantero que no lo busque ni defensa que lo evite, pero su importancia puede ser relativa en función del partido. Por mucho que el fútbol sea espectáculo, qué mejor diversión para un aficionado que ver cómo su club gana semana a semana y cumple con un objetivo que, en el caso del Deportivo Alavés, es simple y diáfano: conseguir el ansiado ascenso a Segunda División. Pero para ascender hacen falta victorias, y para las victorias, goles. "Espero que todo este tema de los goles no se convierta en una obsesión, porque entonces aparece la ansiedad y el efecto que se produce es el contrario del que buscas. Para que seamos eficaces de cara a gol el jugador tiene que estar tranquilo y con seguridad. Ése es mi trabajo", explicaba Natxo González tras la victoria en Tafalla.

El técnico vitoriano, consciente de que la falta de puntería es, al menos de momento, un mal menor, no quiere que sus hombres caigan en el desánimo por la cantidad de ocasiones erradas ante la portería rival. Y no lo quiere porque, en realidad, no lo necesita. Con sólo 38 dianas a favor en la presente campaña, el Alavés está dinamitando los mejores registros de su etapa en la tercera categoría del fútbol español. Al contrario de lo que reza el conocido slogan publicitario, sin gol, sí hay fútbol.

El conjunto de Natxo González es a estas alturas de temporada el Alavés menos goleador de los últimos tres años. Con todo, la excelencia defensiva alcanzada con el antiguo técnico del Sant Andreu permite a los vitorianos mantener un ritmo de puntos impensable durante los últimos años en el estadio del paseo de Cervantes. El actual cuadro albiazul no es goleador. Tampoco es especialmente efectivo, a tenor del ingente número de ocasiones claras que acaban fuera de las mallas. Este Alavés es algo mucho más importante que eso: es rentable. Una cualidad que en los tiempos que corren es el mejor piropo posible, ya sea para un equipo de fútbol o una cuenta de ahorro.

No hace falta más que echar un vistazo a los dos últimos cursos para comprobarlo. La campaña pasada, el Alavés de José Carlos Granero sumaba 45 goles tras la vigesimoctava jornada -siete más que en la actualidad-. La escuadra alavesa era por aquel entonces el equipo más goleador de su grupo y, sin embargo, vagabundeaba por la clasificación con 45 puntos en un anodino quinto puesto a 17 puntos del Mirandés. Si nos retrotraemos dos años atrás hasta la temporada 2010-11, el equipo comandado por Miguel Ángel Álvarez Tomé había alcanzado ya las 46 dianas por estas fechas, ejerciendo también de máximo anotador del grupo II. A cambio de eso, y con 30 goles en contra, rascaba 52 puntos, a dos del líder Eibar.

Ahora, si la dinámica no se tuerce el Alavés no debería tener nada que temer. El conjunto vitoriano, que según la estadística perfora la meta rival cada 65 minutos y recibe un gol cada 180, ha hecho de la rentabilidad un arte, hasta el punto de hacer saber a sus rivales que, si se adelantan en el marcador, sólo les queda rezar. Y es que con el del sábado frente al Peña Sport son nueve los partidos en los que el equipo se ha impuesto por apenas un gol de diferencia.

De cualquier forma, no deja de ser curioso que para encontrar al primer jugador albiazul en la lista del pichichi del grupo II haya que bajar la mirada hasta nada menos que la duodécima posición. Ahí, compartiendo puesto con el exalavesista Esparza, del Tudelano, y Jaime, del Racing B, se encuentra Borja Viguera, que con siete tantos es el primer jugador del Alavés en la lista. Un poco más abajo se sitúa el segundo pupilo de Natxo González, Guzmán, con seis goles. Gorka Laborda, con cinco -tres de ellos conseguidos con el Peña Sport en la primera vuelta- sigue los pasos de sus compañeros.

Comparado con el resto de líderes de los otros tres grupos de la categoría, el Cartagena tiene en sus filas a Florian, máximo goleador del grupo IV con dieciséis dianas. Por su parte, el Tenerife cuenta con Aridane, tercer mejor anotador del grupo I con catorce dianas, y sólo el Hurácan Valencia en el grupo III acompaña al cuadro albiazul en este aspecto al tener en Carreño y Capdevila (ambos cinco goles) a sus mejores hombres en la tabla de goleadores.

Así las cosas, al Alavés no le queda más remedio que seguir aferrándose a su potencial defensivo para afrontar las diez jornadas de Liga que restan y, sobre todo, el play off de ascenso que ya se vislumbra al final de la autopista.