Vitoria. El susto que tuvo a Manu García como protagonista en el entrenamiento matinal del miércoles en Ibaia apenas se alargó durante los pocos segundos en los que el vitoriano permaneció tendido sobre el césped tras sufrir un desmayo. Todas las pruebas médicas, con especial relevancia a las cardiológicas, realizadas a lo largo de las siguientes horas al referido episodio sirvieron para desvelar que el jugador alavesista no sufre ningún problema de gravedad. Es más, ni siquiera era la del miércoles la primera ocasión en la que el futbolista albiazul se desmayaba en el transcurso de un entrenamiento, ya que durante su etapa en la Real Sociedad ya le pasó en dos ocasiones en sus estancias en el juvenil y en el filial. Todas las pruebas a las que fue sometido entonces en Donostia y las que anteayer se realizaron en Vitoria determinaron que el jugador no sufre ningún problema cardíaco que origine unos desvanecimientos que los servicios médicos alavesistas explicaron que vienen marcados por bajadas de tensión puntuales que pueden producirse a la conclusión de un esfuerzo elevado en un ejercicio.
"Fue una hipotensión postejercicio y ya había sufrido episodios parecidos en circunstancias similares. Estaba haciendo un ejercicio de alta intensidad, paró bruscamente y ahí fue cuando perdió el conocimiento y se cayó. La recuperación fue rápida y se acordaba perfectamente de todo. Las primeras pruebas en urgencias indicaron normalidad y las que le hicimos a la tarde más exhaustivas también fueron correctas. Analizando sus pulsaciones durante el entrenamiento, el cuadro es una hipotensión al parar bruscamente tras un ejercicio de alta intensidad. Parece una predisposición genética a ese tipo de problemas porque tiene las pulsaciones más bajas que una persona normal, pero eso no supone ningún problema", explicó el doctor Alberto Fernández.
Tan acostumbrado parece estar Manu García a este particular problema que sufre que ya el miércoles por la tarde quería participar en el entrenamiento del equipo, del que tuvo que ausentarse para someterse a las pruebas médicas que descartasen cualquier dolencia de gravedad. Eso sí, en la mañana de ayer fue uno más en la sesión en Mendizorroza, por lo que estará disponible para jugar mañana.
Quien no podrá jugar por segunda semana consecutiva es Agustín Fernández, quien continúa con su proceso de recuperación del esguince que sufrió en el transcurso del partido contra la Real Sociedad B. La dolencia en el tobillo ha afectado a los ligamentos, por lo que el proceso se alargará un poco más que en los casos de un simple esguince. Se estima que el central tardará alrededor de tres semanas en recuperarse, por lo que también esté en riesgo su presencia la próxima semana contra el UD Logroñés. Quien ya ha superado todos sus problemas físicos es un Urtzi Iturrioz que esta semana ha comenzado a trabajar con total normalidad con el grupo y que de esta manera podrá viajar a Tafalla.