Vitoria. Salvo contadas excepciones, los equipos recién ascendidos de Tercera División se topan con un muro demasiado alto en su salto a la Segunda B. A veces, la dinámica positiva que les llevó a la tercera categoría del fútbol nacional es un impulso suficiente para subsistir durante el primer tercio de la temporada, pero el curso se les hace demasiado largo y acaban luchando por evitar el retorno a una categoría olvidada. El ejemplo del Peña Sport a lo largo de la presente campaña es especialmente paradigmático. Hace ahora once jornadas, el conjunto navarro disfrutaba de un plácido viaje por la categoría ocupando una más que estimable novena posición en la tabla. Pero se ha venido abajo.
Sustentado, entre otros, por los goles del ahora albiazul Gorka Laborda -el delantero nacido en Pamplona acabó la primera vuelta con cuatro tantos en su haber- el Peña Sport sumaba ya seis victorias y cuatro empates en la decimoséptima jornada. Once semanas después, el equipo dirigido por Sergio Amatriain ha caído seis posiciones y se encuentra a un solo punto de los puestos de descenso, donde Zaragoza, Osasuna Promesas y Teruel empatan con 28 puntos.
Aunque la marcha de Laborda supuso un importante varapalo para la escuadra de Tafalla, en realidad el bajón tuvo su pistoletazo de salida dos jornadas antes de que el jugador cambiara de aires rumbo a la capital alavesa. Tras ganar 2-0 al SD Logroñés en la decimosexta jornada, el Peña Sport se lanzó en picado y sin paracaídas hacia ninguna parte. En once partidos sólo ha sido capaz de sumar un triunfo, un 2-0 ante el colista Izarra.
Con seis derrotas y cuatro empates, la pesadilla del descenso es ya un problema intrínseco para los navarros, que tienen en el exalbiazul Eneko Romo a su gran referente, además de máximo goleador con seis goles desde su puesto en la medular.
Sin embargo, a pesar de la horrible racha que atraviesa, en su último partido el próximo rival alavesista fue capaz de cortar el auge del emergente Barakaldo, haciéndolo además en suelo vizcaíno tras un meritorio 1-1.
Un motivo más que suficiente para que los pupilos de Natxo González encaren con pies de plomo su visita al campo de San Francisco de Tafalla, en el que sus reducidas dimensiones pueden llegar a provocar más problemas de los inicialmente previstos. En equipo de Natxo González deberá centrarse en solventar sus propios problemas y olvidar los ajenos para evitar que el conjunto navarro lo utilice como paracaídas para cortar esta descenso ininterrumpido que sigue.