Vitoria. Llega a Mendizorroza el gran partido de la temporada con dicha aureola un tanto en entredicho por los malos resultados de un Eibar que con su trayectoria última ha restado cierta trascendencia a su duelo de esta tarde con el Deportivo Alavés. Si hace apenas un mes el compromiso entre vitorianos y armeros se presentaba como una batalla cruenta en pos del primer puesto, el escenario actual depara un derbi en el que el equipo de Natxo González tratará de asentarse todavía más en el liderato eliminando de paso a un competidor definitivamente, mientras que los pupilos de Gaizka Garitano afrontan su última opción de reengancharse a la pelea por la primera plaza aunque más preocupados ahora por no verse descabalgados de la zona de play off por unos perseguidores que también han aprovechado su bajón en las últimas semanas. Y ahí se planta El Glorioso buscando subir un pelado más en su crecimiento.
"Estamos siendo un buen equipo y la trayectoria así lo dice y también la puntuación, pero de aquí a final de temporada tenemos que dar un paso más para ser grandes. Tenemos que ser un gran equipo, no un buen equipo", avanzó Natxo González.
El Alavés se presenta en este particular duelo en una situación ideal, ya que toda la brecha en la clasificación que no consiguió abrir en la primera vuelta liguera la ha logrado en apenas cinco compromisos de la segunda, en los que ha mandado a los guipuzcoanos a siete puntos de diferencia siendo actualmente el Bilbao Athletic el más inmediato perseguidor. Eso sí, en el seno del vestuario se tiene claro que es el Eibar el principal opositor y por eso se buscará esta tarde un golpe de gracia definitivo que le mande a diez puntos de distancia.
"Hay mucho que ganar y mucho que perder. Si ganas son tres puntos más, que ponerte con 56 no es poco y abres una diferencia importante con el Eibar y tenemos cerquita al Athletic y es fundamental. Si no ganas, pierdes una buena oportunidad de aumentar la distancia", indicaba el técnico albiazul.
El problema para Natxo González vuelve a ser el de las bajas, ya que no podrá contar con los lesionados Javi Hernández y Luismi, a los que se suma el sancionado Manu García. Por si fuera poco, Agustín, Beobide y Jonan han estado toda la semana entre algodones, aunque la trascendencia del duelo hará que alguno de ellos sea de la partida de inicio incluso asumiendo que no están en su mejor estado.
Todo para afrontar un "partido grande" ante un Eibar del que el preparador alavesista borra su trayectoria reciente para recordar que este tipo de duelos suelen resultar impredecibles. "Pasa como los Madrid-Barça, que llegue como llegue cada uno al partido siempre son duelos equilibrados en los que puede ocurrir cualquier cosa. El Eibar hizo una gran primera vuelta y dentro de una temporada siempre hay fases en las que uno no está tan acertado, por lo que sea, y la pueden estar pasando ahora como nosotros tuvimos en nuestro día y podemos volver a tener en el futuro. En un partido como este las trayectoria no sirven de referencia".
Y es que tiene claro Natxo González que las preocupaciones se multiplican con respecto a rivales precedentes ante un oponente del que no paró de enumerar virtudes: "Son fuertes en el juego aéreo, en llegadas en segunda línea tras centros laterales, su velocidad les permite hacer buenas transiciones de defensa a ataque... hay más conceptos para tener que contrarrestar".
Y todo ello aderezado por una derrota en Ipurua en la primera vuelta que aún "escuece". "Yo en esto del fútbol soy rencoroso y aquel resultado dolió y a mí personalmente me motiva todavía más el partido", señaló Natxo González. Más madera, por si no tuviese suficiente ya un duelo en el que el Alavés puede dar la estocada definitiva al que hasta hace muy poco era su gran rival por el liderato.