Vitoria. Todo el trabajo de desgaste desarrollado a lo largo de la temporada por parte del Deportivo Alavés puede conducir hoy a una ruptura prácticamente definitiva con respecto a los perseguidores. La derrota de ayer de un Eibar que no levanta cabeza deja en las manos de los pupilos de Natxo González la posibilidad de dinamitar por completo el grupo, asentándose aún más en el liderato y ensanchando de paso la ventaja con respecto a un segundo clasificado que, incluso, podría acabar siendo el Bilbao Athletic. Como poco, una victoria en la matinal en Noja supondrá siete puntos de ventaja con respecto al perseguidor inmediato si el Bilbao Athletic consigue ganar en Tafalla. Y el Eibar, a apenas seis días del derbi, se quedaría a unos estratosféricos nueve puntos de distancia.
La principal complicación se presenta en la línea defensiva, ya que a la ausencia del lesionado Javi Hernández se une la presencia de hasta tres jugadores apercibidos de sanción como son Óscar Rubio, Luciano y Agustín. Para colmo, el último ha padecido fiebre y lleva dos días sin entrenar, así que su presencia estará bastante complicada. Se le abren así las puertas de entrar en el once inicial a un Ayala que la semana pasada ya demostró que puede aportar cosas interesantes.
Después habrá que ver cómo soluciona el preparador vitoriano la baja de un hombre fundamental en sus esquemas como es Jaume. Regresan Manu García y Beobide y la apuesta puede ser por volver al doble pivote o componer un centro del campo más poblado como en los últimos partidos. Aquí la principal duda es Jonan, aquejado de una sobrecarga por la que no entrenó el viernes. Arriba, Laborda parece tener toda la confianza del técnico y no sería de extrañar que, como en otros compromisos a domicilio en terrenos de juego complicados, se volviese a apostar por una doble punta dando entrada de nuevo en el once a un Juanma que ha rendido muy bien cuando ha tenido continuidad.
La decisión final, como viene siendo costumbre en las últimas jornadas, dependerá bastante de cómo se encuentre el terreno de juego. El césped de La Caseta, un campo de amplias dimensiones, suele estar bien cuidado, pero las incesantes lluvias de los últimos días complicarán bastante el juego, aunque este Alavés ya ha demostrado que es capaz de adaptarse a cualquier escenario.