la junta general de accionistas del pasado jueves sirvió para hacer público un divorcio en el seno del consejo de administración del Deportivo Alavés que llevaba fraguándose varios meses y que ahora ha adquirido el rango de oficial. No se trata de una cuestión que vaya a afectar al sistema operativo de la entidad del Paseo de Cervantes en su trabajo diario, pero evidencia que las dos partes de las que se compone la directiva, la representada por Avtibask bajo el mandato de Josean Querejeta y la que es propiedad de la familia Ortiz de Zárate a través de su empresa Zaynsa, no guardan unas relaciones tan cordiales como sería de esperar cuando llevan poco más de año y medio de matrimonio.

La ausencia de Francisco Javier, vicepresidente, y Fernando Ortiz de Zárate, consejero, en la junta de accionistas hizo patente que esta sección de la directiva, propietaria de casi un 30% del accionariado del Alavés, no está de acuerdo con la forma de gestionar el club que ha impuesto Josean Querejeta desde que asumiera, en la sombra pero en primera y casi única persona, la gestión de la entidad albiazul.

Desde la familia Ortiz de Zárate no se han querido realizar manifestaciones públicas después de su inasistencia a la junta de accionistas, pero quienes les conocen bien saben de sobra que no están para nada de acuerdo con las formas en las que Querejeta está gestionando el Alavés. Entienden, como muchos alavesistas de a pie que también lo manifiestan en la calle, que la presencia del Baskonia y de sus elementos en el trabajo diario del club de fútbol resulta excesiva. En resumidas cuentas, que preferirían que cada club conservase, como anteriormente, su personalidad propia sin necesidad de que la presencia de elementos procedentes del baloncesto fuese una constante. En este sentido, hechos como la absorción de la Fundación Deportivo Alavés y su integración en la Fundación 5+11, el uso compartido de la tienda de General Álava o la permanente presencia de trabajadores procedentes del Baskonia en el día a día alavesista son algunos de los aspectos más relevantes.

Otro punto destacado que ha conducido a este actual divorcio, según fuentes cercanas a la familia Ortiz de Zárate, corresponde al método de gestión implantado por Josean Querejeta, donde la opinión que prevalece en el momento de la toma de decisiones es casi siempre, y de manera exclusiva, la suya. Con una inversión de alrededor de un millón de euros, los propietarios de Zaynsa disponen a título personal del mayor paquete de acciones del Alavés -el otro es propiedad de Avtibask pero dentro de este grupo los títulos están más repartidos-, pero su poder de decisión es escaso, por no decir nulo. Más allá de sus dos votos en la mesa del consejo de administración, controlado también por Avtibask con la presencia de Avelino Fernández de Quincoces, Santiago Martínez de Arenaza, Luis Querejeta y Rafael Pedreira, su incidencia en el día a día del club no tiene relevancia, ya que todas las decisiones las acaba tomando el máximo representante de Saski Baskonia, tal y como también ocurre en el baloncesto.

el paquete de ruiz de gauna Para enturbiar todavía más la situación, la adquisición por parte de Avtibask el pasado verano del paquete accionarial que controlaba Alfredo Ruiz de Gauna otorga a Querejeta el control del 51% del capital social alavesista, una compra que deja reducida a la mínima expresión la importancia de ese alrededor del 30% de acciones en posesión de la familia Ortiz de Zárate que, como quedó demostrado el jueves, ya no es ni siquiera necesario para controlar las votaciones en las juntas de accionistas.

Entre las dos partes también han existido discrepancias en la gestión deportiva del club, sobre todo durante la pasada temporada y al final de la misma con la planificación del nuevo proyecto, pero en estos momentos la gran preocupación de la familia Ortiz de Zárate pasa por el futuro del fútbol base, que ven peligrar por los planes que se van perfilando por parte de los actuales mandatarios. De todos es conocida la predilección de Fernando Ortiz de Zárate por el fútbol de formación e incluso durante su etapa como presidente no era extraño verle por Ibaia los fines de semana presenciando partidos de los equipos de cantera. Por esa razón, los actuales planes de futuro para las categorías de formación, con una progresiva desaparición de los equipos con chavales más pequeños, no cuadran con su pensamiento, que pasaría por fomentar todavía más el fútbol base para potenciar la llegada de jugadores al primer equipo.

Muchas, demasiadas, son las discrepancias surgidas en poco más de un año entre estas dos partes que no hace tanto tiempo establecieron la entente que condujo a la salvación del Alavés dentro de un pacto que, cabe recordar, se firmó para cinco años. Salvada esa crítica situación, el distanciamiento entre las partes ha alcanzado un punto en el que el retorno parece complicado, aunque, como siempre en la vida, será el tiempo el que acabe determinando cómo se resuelven las cosas.