Vitoria. Los jugadores son los mismos. También los técnicos. Lo mismo pasa con las camisetas. O las botas. O el balón. En nada ha cambiado físicamente el Deportivo Alavés de un mes a esta parte, pero, resultados a un lado, es evidente que este equipo no tiene las mismas características, las virtudes y la frescura en su juego con la que sorprendió en el arranque de curso y con la desarrolló una minuciosa labor de hormiga para llenar el granero de puntos y asegurarse, llegada la etapa invernal en la que se encuentra en estos momentos, un pequeño colchón sobre el que restañar las heridas que van apareciendo en su armazón por el lógico desgaste que provoca el paso de las hojas en el calendario. El equipo es el mismo, pero su estilo dentro de los partidos y los resultados han variado sensiblemente, perdiendo el equipo la fiabilidad que tenía en el primer tramo del curso.

El aspecto físico está siendo relevante y si bien sobre el terreno de juego no se está viendo un equipo cansado, lo cierto es que hay varios futbolistas que acumulan muchos minutos en sus piernas y apenas han tenido descanso en lo que va de temporada. Desde esta vertiente, su mejor preparación, ha decantado muchos compromisos a su favor el equipo vitoriano, pero esa frescura ha ido desapareciendo con el paso de las jornadas y la acumulación de esfuerzos de un núcleo duro que se ha visto obligado a soportar un enorme desgaste por culpa de la plaga de lesiones que ha afectado al equipo desde la pretemporada.

En ningún momento en lo que va de curso ha contado Natxo González con su plantilla al completo. Todo lo contrario, ya que incluso en varias ocasiones ha tenido que echar mano del filial para completar sus convocatorias por falta de efectivos. Hasta once jugadores se han perdido algún partido por problemas físicos y muchos de ellos ni siquiera han participado en la mitad de encuentros del curso. Eso ha propiciado que los que estaban sanos hayan soportado una carga de esfuerzo mayor que se puede estar pagando en estos momentos.

Las lesiones, además, han provocado la ausencia durante varios compromisos de varios futbolistas que se perfilaban como fundamentales para el equipo en el arranque del curso y además de esa ausencia de rotaciones también le han pesado al equipo las bajas de algunos jugadores llamados a marcar diferencias. Por ejemplo, en los últimos partidos no se ha podido contar con el guardameta titular (Miguel), un centrocampista de corte destructor que marca los partidos por su potencial físico (Beobide) y un delantero centro de referencia por las lesiones de Negredo y Juanma.

fallos defensivos Más allá del aspecto físico, también sobre el césped ha perdido este equipo la principal virtud que marcó el arranque del curso, su enorme solidez defensiva. El equipo no recibió su primer gol en contra hasta la sexta jornada y tras encajar cuatro ante Eibar y Real Sociedad B volvió a dejar durante otras cuatro semanas su portería a cero. En total, cuatro dianas en contra en once jornadas, una cifra que se ha visto visiblemente ampliada en los seis últimos compromisos, en los que el cuadro albiazul ha encajado otros seis tantos y solo ha conseguido dejar su portería imbatida una vez, frente al Racing B. Además, más que por aciertos de los rivales, la mayoría de los goles en contra han venido propiciados por graves errores defensivos o del portero -la baja de Miguel se está notando ya que Iturrioz ha estado demasiado inseguro-, como bien se ha podido comprobar en los dos tantos recibidos en Zaragoza o el que marcó el sábado el Bilbao Athletic.

Además de esos graves errores defensivos, el equipo también ha visto mermado su potencial en la presión en el centro del campo por culpa de la ausencia de Jagoba Beobide. El de Azpeitia, en sensacional tándem con Jaume, se había convertido en uno de los referentes del equipo por su impresionante trabajo de desgaste al rival, una tarea que propiciaba muchas recuperaciones de balón e impedía que los atacantes se acercasen con soltura al área alavesista. Durante su lesión Miki ha sido el titular, pero ni entre sus virtudes se encuentra la labor de zapa que desarrollaba el guipuzcoano ni tampoco ha sido capaz de convertirse en el cerebro del equipo a la hora de idear el juego, por lo que el equipo de Natxo González tampoco ha sido capaz de dominar los partidos en el centro del campo como lo hacía antes.

Carente de estas tres grandes virtudes que le habían convertido en un equipo prácticamente inabordable, y mermado por una preocupante plaga de lesiones, al Alavés se le han visto las costuras en sus últimas apariciones al mostrarse como un equipo algo más vulnerable en defensa al que al mismo tiempo le cuesta hilar fútbol con fluidez, situación agravada por la ausencia de un referente en la punta. La calidad técnica de los componentes de la vanguardia es innegable, pero en muchos momentos le falta al equipo acierto en los metros finales.

Esa falta de puntería no se notaba tanto cuando se dejaba la portería a cero ya que casi siempre se acababa aprovechando alguna oportunidad, pero perdida la solidez atrás también es necesario incrementar el acierto ofensivo para seguir puntuando con el mismo ritmo demoledor de hace no tanto tiempo.