LOS clubes acostumbrados a trabajar con la cantera y a fiar su suerte a la correcta administración de los recursos que les ofrecen sus categorías inferiores saben más que de sobra que buena parte de su éxito depende de la mayor o menor calidad de las añadas con las que les toque trabajar. Por eso, resulta muy habitual que estos conjuntos presenten una gran fluctuación de resultados entre unos años a otros en función de si toca estar subido a lo alto de la ola o, por el contrario, es el momento de remontar.

De ambas cosas saben mucho en el Athletic, que siempre ha presumido de nutrir su primera plantilla fundamentalmente de productos de la cantera. Después de unos ejercicios en los que el filial rojiblanco -principal banco de pruebas para lo que posteriormente deberá desenvolverse en la Liga de las estrellas- ha tenido muchas más penas que alegrías, parece que la racha ha cambiado radicalmente.

Concediendo tiempo a las jóvenes promesas para que se asentasen en la categoría de bronce y pudiesen consolidar el proyecto, la entidad rojiblanca parece haber dado con la tecla para formar un grupo competitivo al máximo nivel. Precisamente ahora que las aguas del primer conjunto vizcaíno bajan cada vez más revueltas y los malos resultados han dejado de ser noticia para convertirse en habituales, los jóvenes están decididos a llamar a la puerta con fuerza para tratar de aprovechar las oportunidades que se les puedan presentar.

Méritos para ello desde luego están contrayendo más que de sobra. Y es que, con permiso del Deportivo Alavés, podría asegurarse que el plantel que adiestra Cuco Ziganda es el que más en forma se encuentra en estos momentos en el Grupo II de la Segunda B. Pese a que ha saldado sus dos últimos compromisos -contra el Izarra dos jornadas atrás y ante el Barakaldo el pasado fin de semana- con sendos empates sin goles, lo cierto es que el filial rojiblanco continúa inmerso en una espectacular racha positiva que le ha llevado a escalar posiciones en la tabla clasificatoria.

Porque después de haber iniciado el curso con más aciertos de los deseados, la escuadra vizcaína ha ido remontando hasta llegar a ocupar en la actualidad el tercer puesto de su lote con treinta puntos, sólo superados por los treinta y cuatro del Eibar y los treinta y siete del propio Alavés. En ello, sin duda han tenido mucho que ver los ochos encuentros consecutivos que acumula sin conocer la derrota, en los que ha sumado dieciocho de sus puntos.

La última vez que los de Ziganda salieron de vacío de un duelo liguero en el presente curso fue el pasado 13 de octubre cuando, en la octava jornada de Liga, cayeron derrotados (2-0) en su visita al Amorebieta. Desde entonces, siempre han podido celebrar, como mínimo, la conquista de un punto. Así pues, el Alavés deberá ofrecer lo mejor de sí mismo en el importante derbi de mañana si no quiere verse sorprendido por unos cachorros muy peligrosos.