Vitoria. Aparentemente la cita de ayer en Mendizorroza no tenía especial dificultad, puesto que sobre el césped del Paseo de Cervantes se encontraban el líder destacado de la categoría y el penúltimo clasificado. Nada menos que 22 puntos les separaban. Sin embargo, el duelo escondía numerosas trampas en su aparente sencillez y, por este motivo, la trabajada victoria conseguida por El Glorioso a la conclusión de los noventa minutos reglamentarios dejó más que contento a su máximo responsable.
"Hemos conseguido un buen resultado en un día muy complicado por todo lo que teníamos detrás. El primer tiempo ha estado bastante equilibrado y, tras el descanso, se nos ha puesto el partido de cara con el primer gol. Después no han dado algún sustito pero en líneas generales lo hemos controlado bastante bien. En definitiva, me voy satisfecho porque era un día muy delicado", resumió Natxo González.
Y es que el importante esfuerzo realizado por el combinado vitoriano para afrontar el choque de Copa del Rey frente al Barcelona unido a toda la tensión extra que genera aparcar la rutina habitual para exponerse a todos los focos que acompañan siempre a los grandes transatlánticos de la Liga de las estrellas y la escasa posibilidad de efectuar rotaciones debido a lo corto de la plantilla y las lesiones sufridas había dejado a la plantilla muy tocada para recibir al Racing B. "Nuestro problema hoy -por ayer- era de cansancio, no de mentalidad. Cuando estaba varorando los cambios y miraba a las caras de los jugadores veía a muchos fundidos. Menos mal que hemos llegado al tramo final del encuentro con 2-0 porque, si no, no creo que hubiéramos podido tener capacidad de reacción", confesó el técnico.
Por último, González se felicitó también por el hecho de que Urtzi Beobide consiguiese dejar su portería a cero. "Era uno de los objetivos que nos habíamos planteado porque en las tres últimas jornadas habíamos encajado goles y no podemos perder la regularidad defensiva".