Vitoria. Con la lógica eliminación copera sufrida el pasado miércoles, el Deportivo Alavés ya merece recibir la nota que califica la primera evaluación de la temporada y la misma no puede ser otra que un sobresaliente que no anda muy lejano a la perfección absoluta. Casi todo lo que ha hecho este equipo lo ha hecho bien, sabiendo superar su completa reestructuración para convertirse en muy poco tiempo en un bloque sólido con un estilo de juego muy reconocible y que, al mismo tiempo y no menos importante, es capaz de marcar la pauta en la categoría de bronce del fútbol estatal a la vez que ha firmado una brillante andadura en la Copa, con la guinda añadida de haber protagonizado un encuentro de muy alto nivel en el Camp Nou para ser apeado de la competición con todos los honores.
El conjunto vitoriano ha disputado un total de diecinueve partidos oficiales entre la competición de la regularidad y la del K. O. y el balance que presenta es abrumador, con catorce victorias, un empate y cuatro derrotas, dos de ellas ante un equipo al que en estos momentos es imposible superar como el Barcelona. Todo esto ha dado para liderar con cierta holgura el Grupo II de Segunda B y para alcanzar la cuarta eliminatoria copera, objetivo prioritario para recaudar fondos.
Y si los resultados han sido, por norma general, muy positivos, las sensaciones no se quedan a la zaga. Uno de los pecados de este equipo a lo largo de las últimas campañas, quitando la honrosa excepción encabezada por Miguel Ángel Álvarez Tomé, era haber carecido de un estilo de juego bien definido. Pues bien, en un exiguo período de tiempo y con una plantilla completamente renovada, Natxo González ha conseguido imprimir a su grupo un sello propio que se mantiene inalterable allá donde juega este Alavés.
No lo tenía fácil el técnico vitoriano, que ha conseguido doctorarse ante los ojos de los que no sabían de sus cualidades. A base de muchas horas de trabajo, ha conseguido cohesionar un bloque en el que apenas ningún jugador se conocía para lograr que las ausencias de unos u otros no repercutan visiblemente en el estilo del colectivo.
Es este Alavés un conjunto aguerrido que basa su fortaleza en su solidez defensiva, que aprieta muy fuerte al rival en el centro del campo y que cuenta en su vanguardia con sobrada calidad para marcar las diferencias. Quizá la puntería ha sido su principal y casi único punto negro en algunos compromisos, pero si en ocasiones los goles no han llegado no ha sido por falta de insistencia. Dentro de las virtudes ofensivas hay que poner también el juego a balón parado, donde el trabajo de pizarra del segundo entrenador, Carles Claramunt, está dando buenos resultados.
poderío abrumador Dentro de este particular estilo, ha demostrado además el Alavés que es un equipo de largo recorrido, de los que se crecen con el paso de los minutos para acabar pasando por encima de los rivales desde la vertiente física. En este sentido, Natxo González ha encontrado un colaborador excepcional en Gerardo Izaguirre, el encargado de que la plantilla se encuentra en plena forma. El preparador físico de Arrasate, aunque afincado en Vitoria desde chaval, ha traído consigo en su regreso al Alavés su particular fórmula mágica que tan buenos resultados le ha dado en su ya larga trayectoria profesional y el equipo vitoriano está consiguiendo superar por la vertiente de la resistencia a muchos rivales que acusan el paso de los minutos al mismo tiempo que comprueban cómo van creciendo los albiazules con el correr de las manecillas del reloj. Como ejemplos, ahí están los muchos puntos ganados en las segundas partes haciendo valer esta buena preparación física.
Estas han sido las principales virtudes, que nos las únicas, que han conducido al Glorioso a ser el mejor equipo de toda la Segunda B en este primer tramo de competición y también a ser uno de los siete que ha alcanzado la cuarta ronda copera, techo habitual en esta competición para los humildes, en la que, además, ha dejado unas sensaciones muy buenas en los dos partidos de la eliminatoria contra el Barcelona, al que ha conseguido tutear en varias fases de sus duelos.
Cerrado con excelentes resultados y sobresaliente nota este primer tramo de la temporada, el Alavés encara la segunda fase de su particular curso, la que le llevará hasta la conclusión de la temporada regular de la competición liguera. Con los puntos cosechados hasta la fecha, estar en el play off parece ciertamente asequible, aunque bastante más complicado va a ser asegurar la primera posición del grupo, el que tiene que ser el objetivo prioritario hasta el próximo 19 de mayo. A partir de ahí, con la pelea por el ascenso, llegará el momento de poner la nota definitiva a este Alavés que con tan buenas sensaciones y resultados ha cerrado la primera parte de la temporada.