Vitoria. Todo es positivo en el seno del Deportivo Alavés y dentro de la espectacular racha de resultados que vive el equipo uno de los objetivos para Natxo González es conseguir que, poco a poco, cada vez más jugadores se vayan metiendo en la dinámica de un equipo corto de efectivos y que en el primer tramo de la temporada se ha encontrado excesivamente lastrado por culpa de unas lesiones que han dejado durante mucho tiempo impedidos a varios futbolistas y han propiciado la sobrecarga de minutos de otros. Con el engranaje de la maquinaria funcionando a pleno rendimiento, el preparador vitoriano ya ha conseguido ir incluyendo piezas en sus esquemas y el reto a corto plazo es seguir añadiendo nuevos futbolistas a las alineaciones para mejorar todavía más el rendimiento de un colectivo sobresaliente en su trabajo hasta la fecha.

Hasta ocho son los futbolistas de campo albiazules que superan los 1.000 minutos entre las competiciones de Liga y Copa en lo que va de curso, pero en el otro lado de la balanza son siete (Sendoa, Agustín, Ayala, Salcedo, Miki, Luismi y Juanma) los que ni siquiera alcanzan los 500, lo que equivale a una media inferior a los treinta minutos en los dieciséis compromisos oficiales que se han disputado hasta la fecha. El reto, ya puesto en marcha, es que esos futbolistas comiencen a ganar peso en el equipo para dar oxígeno a las piernas de unos compañeros que ya acumulan una importante carga en este primer tercio de temporada que está a punto de superarse.

Dos ejemplos evidentes de jugadores que han ganado peso en el equipo en las últimas jornadas son Agustín Fernández y Juanma Delgado. El central extremeño no se estrenó con la camiseta albiazul hasta la octava jornada liguera en Tajonar, pero a partir de ese momento su presencia ha ido creciendo, siendo titular en tres de los cuatro últimos compromisos ligueros, así como en los dos coperos. El central procedente del Sabadell está llamado a ser uno de los referentes del equipo y Natxo González no ha dudado a la hora de darle relevancia dentro del equipo, acumulando ya 483 minutos oficiales.

La falta de minutos del delantero valenciano en el arranque del curso vino marcada por su baja forma física, pero desde su entrada en el equipo, favorecida ahora por la lesión de Negredo, se ha convertido en una pieza importante, sobre todo por los tres goles que adornan su cuenta. Juanma apenas ha disputado 230 minutos en cinco partidos -y eso que en dos apenas sumó un par de minutos-, pero en los tres compromisos en los que ha partido como titular (Huracán, Sestao y Amorebieta) ha conseguido marcar y se ha destapado como ese nueve de referencia que se echaba de menos en la configuración inicial de la plantilla.

El siguiente jugador al que Natxo González tratará de añadir a esta lista es Sergio Ayala. El defensa catalán ha vivido un episodio muy parecido al de Agustín, incluso más grave, y por culpa de una lesión ha estado gran parte del primer tramo del curso en el dique seco. Tanto es así que el joven futbolista cedido por el Barcelona solo ha estado disponible para cuatro de los dieciséis compromisos oficiales y de ese cuarteto encima se ha perdido uno más por decisión técnica. Así las cosas, partiendo en tres ocasiones desde el banquillo, Ayala -llamado a ocupar el lateral izquierdo de la zaga para dar relevo a Manu García- solo ha disputado tres minutos en el único compromiso en el que ingresó en el terreno de juego, el disputado contra el Sestao.

Largos parones Las lesiones, pero ya dentro del transcurso de la temporada, han marcado las escasas oportunidades disfrutadas por Luismi y Asier Salcedo y, en menor medida, las de Miki. En el caso del primero, la intención ya comprobada de Natxo González es meterle en dinámica de grupo cuanto antes y a la mínima oportunidad que ha tenido le ha dado algunos minutos, como ocurrió contra el Barcelona y el Sestao. El cacereño es un futbolista desequilibrante y polivalente, que puede actuar en cualquiera de las posiciones de vanguardia y que cuenta con buena visión de juego y capacidad goleadora, como demostró en el estreno del curso. El problema es que la lesión que le llevó a perderse nueve partidos solo le ha permitido jugar 151 minutos.

Ocho son los compromisos en los que ha estado Salcedo en el dique seco, aunque en su caso la escasez de minutos (122 repartidos en cuatro partidos) va mucho más allá de las lesiones. Su encaje dentro del equipo resulta complicado. Natxo González le ha probado como lateral izquierdo, central y pivote, pero en todas esas posiciones tiene a uno o dos compañeros por delante. Eso sí, su polivalencia le puede acabar dando oportunidades.

En el caso de Miki la lesión llegó más tarde y el catalán fue pieza importante en los primeros partidos para ir perdiendo relevancia en los esquemas del equipo por culpa de un rendimiento que no fue acorde a lo que de él se esperaba, seguramente porque tampoco estaba muy bien físicamente. El catalán participó en ocho de los nueve primeros compromisos oficiales (481 minutos) antes de caer lesionado y perderse así todos los jugados hasta la fecha, pero se trata de una pieza que ha de ser muy importante en los engranajes del equipo y su presencia irá ganando enteros con el paso de las fechas en el calendario.

El 'caso Sendoa' El último ejemplo de esta particular lista lo protagoniza el hombre que en estos momentos levanta todas las suspicacias del alavesismo y que ahora se encuentra lesionado. Hasta la fecha, Sendoa solo se ha perdido dos partidos por molestias físicas y en otro par de ellos se ha quedado sin salir del banquillo. La idea del principio del curso era dosificarle para que estuviera fresco en todo momento, pero desde que fallara el penalti contra la Real Sociedad B y hasta que aparecieran sus problemas de pubis su presencia en el equipo se fue reduciendo drásticamente cuando hasta esa fecha había sido pieza relevante. Así, tras jugar 402 minutos en los nueve primeros compromisos oficiales (en dos ni siquiera saltó al campo), en los siete siguientes apenas acumula 82 con una sola titularidad.

Llama poderosamente la atención la sistemática desaparición del vizcaíno de los esquemas de Natxo González desde que errara ese penalti que a buen seguro no debió lanzar -el especialista del equipo es Guzmán, aunque son varios los que los ensayan en los entrenamientos- cuando en los primeros partidos del curso, y aún reservándolo durante muchos minutos, había sido un jugador relevante dentro del equipo. Recuperar a Sendoa y tenerlo a punto físicamente -ni de lejos ha recordado al del pasado curso- es otro de los retos para seguir añadiendo piezas a la maquinaria.