Vitoria. Le llega al Deportivo Alavés la hora de visitar otro de esos campos en los que es extremadamente complicado conseguir un resultado positivo, aunque sea sumar al menos un solo punto. Hay muchos en esta Segunda División B y algunos de ellos ya se encuentran en el haber albiazul. Los resultados, con la excepción del siempre enrevesado Ipurua, han sido siempre satisfactorios, pero el equipo de Natxo González se enfrenta ahora de nuevo a uno de esos terrenos de juego en los que rascar un punto es ciertamente difícil, tanto por el potencial del rival como por las características del terreno de juego. Regresa El Glorioso al reino del Amorebieta, a Urritxe, donde la pasada temporada perdió empatando las últimas opciones de meterse en el play off.
Pasadas ya en el calendario salidas como las de Eibar y Logroño, la visita al conjunto vizcaíno es la más dura de las que le quedan por afrontar en la presente campaña al conjunto vitoriano. Quedarán todavía otros trece compromisos a domicilio antes de que finalice la fase regular de la competición en Estella a mediados de mayo, pero ninguno de ellos presentará las dificultades teóricas que tiene el que hay que afrontar mañana en Urritxe, paraíso particular de uno de los grandes rivales directos en la lucha por el play off y el liderato del grupo.
Como la pasada temporada, en la que acabó cuatro y fue eliminado en la primera ronda de la fase de ascenso por el Balompédica Linense, el equipo de Axier Intxaurraga basa buena parte de su recaudación de puntos en lo que cosecha como local, aunque en el presente curso también ha conseguido mejorar sus registros a domicilio, finiquitando una racha negativa que le mantuvo durante un poco más de un año sin ganar fuera.
Así, en sus cinco compromisos como local, el cuadro azul ha cosechado trece puntos a través de cuatro victorias (Lleida, Racing B, Athletic e Izarra) y un empate, en la jornada inaugural ante el Unión Deportiva Logroñés. En Urritxe solo ha encajado un gol, mientras que en su cuenta presenta once tantos.
Estas cifras le colocan como el cuarto mejor equipo como local del grupo por detrás del Eibar (plenos con dieciocho puntos en seis partidos), Alavés y Athletic (quince puntos con una derrota), pero los vizcaínos han disputado un partido menos que sus tres predecesores, por lo que tanto a albiazules como rojiblancos podría superarlos con una nueva victoria mañana. Además, junto a los armeros y el Lleida, el Amorebieta es el único equipo que no sabe lo que es perder cuando juega en casa.
Empate el curso pasado No se trata de una situación para nada desconocida en el caso del equipo dirigido por Axier Intxaurraga, ya que la pasada temporada, en su estreno en la categoría de bronce, solo se vio doblegado en Urritxe por un Eibar bastante acostumbrado al estilo de juego directo y físico que plantean los vizcaínos, muy similar al tradicional en Ipurua. Así, en la fase regular los azules sumaron trece victorias y cinco empates -también firmaron tablas ante el Balompédica Linense en play off-, 44 puntos de los 62 que les sirvieron para alcanzar la cuarta plaza, llegando a encadenar una racha de siete triunfos consecutivos en su terreno de juego antes de la visita de un Alavés que sabe bien cómo se las gasta su próximo rival.
Y es que el cuadro albiazul tuvo en sus manos acabar con esa racha como invicto en Urritxe que ostenta el Amorebieta desde el pasado 19 de noviembre, cuando perdió por primera y hasta ahora única vez en su terreno de juego desde que milita en Segunda B. El equipo por entonces dirigido por José Carlos Granero desperdició dos goles de ventaja en una segunda parte que le costó buena parte de sus opciones de play off.
De dicha mala experiencia cabe sacar un aprendizaje positivo de cara al compromiso de mañana, ya que el Amorebieta mantiene el mismo perfil del pasado curso, mejorado incluso con la llegada de varios jugadores de enorme calidad (Altuna, Goikoetxea o Goñi) que se adaptan a la perfección al estilo impuesto por Intxaurraga, donde impera el juego directo, el desplazamiento en largo, la batalla física y la pelea por el balón aéreo. En todos esos apartados tendrá el Alavés que igualar la intensidad y la fuerza de su rival para asaltar el fortín de Urritxe y dar un golpe casi mortal a su oponente.