Vitoria. El Deportivo Alavés regresa a su hábitat natural con el objetivo de seguir firme en su laboriosa tarea de hormiga acumulando puntos y más puntos para, poco a poco, ir acercándose paulatinamente a sus objetivos ligueros. Las ínfulas coperas quedan aparcadas hasta final de mes con esa excursión a Barcelona que tiene pendiente el equipo, pero, mientras llega ese día para disfrutar del Camp Nou, el bloque de Natxo González tiene la obligación de ir sacando buena nota en cada comparecencia como casi siempre lo ha hecho hasta ahora cuando se ha presentado a un examen. El Sestao River es la siguiente piedra en el camino y el conjunto albiazul no puede permitirse el más mínimo error si quiere mantener firme su renta en el liderato antes de afrontar la complicada visita a Amorebieta, donde el cuadro albiazul vivirá un nuevo examen de entidad ante uno de sus grandes rivales directos dentro de este Grupo II.

El Alavés pretende seguir con la tendencia habitual de las cosas, lo que en su caso supone sumar una victoria detrás de otra. El problema es que detrás de ese fin se esconde un trabajo muy importante, el que está desarrollando el equipo en todos sus partidos, que no siempre asegura el buen resultado final. Así, tras el punto y aparte que supuso, en todos los sentidos, la visita del Barcelona a Mendizorroza, el equipo de Natxo González pretende regresar cuanto antes a su particular normalidad.

Y esa rutina para el equipo vitoriano es marcar el ritmo de sus partidos, llevar el peso del juego e intentar sacar partido de la combinación de su buena defensa y su gran cantidad de oportunidades para seguir sumando de tres en tres. Más allá de los tropiezos ante Eibar y Real Sociedad B, un accidente el primero y una increíble mala suerte el segundo, este Glorioso es un equipo tremendamente fiable que quiere seguir poniendo ladrillos en su crecimiento.

Para conseguirlo, todo hace indicar que Natxo González volverá a echar mano del núcleo del equipo que ha tirado del carro en las últimas semanas, aunque el preparador vitoriano contará en esta ocasión con la oportunidad de oxigenar el equipo con los paulatinos retornos de los lesionados, aún no dispuestos para la exigencia de noventa minutos peros prestos para dar relevos avanzado el partido.

PREVISIBLES VARIANTES Así las cosas, y con diecisiete futbolistas disponibles, habrá que ver qué dispone Natxo González para afrontar este importante compromiso contra el Sestao que tiene que servir al equipo para reafirmar su condición de líder. Las rotaciones, en todo caso, no pueden ser abundantes por esa merma física que sufren varios futbolistas, por lo que todo hace indicar que no se vayan a producir mucho más de dos cambios (las entradas de Luciano y Sendoa por Javi Hernández y Barahona) con respecto al once inicial del pasado martes ante el Barcelona. Eso sí, todo hace indicar que los Luismi, Ayala o Salcedo, ya restablecidos, comenzarán a disfrutar de oportunidades progresivamente para ir integrándose en una maquinaria que está funcionando a las mil maravillas pero que precisa de piezas de relevo para mantener la frescura en las piernas.

Con dicho argumentos tendrá que hacer frente el Alavés a un Sestao River que esta temporada basa su fuerza en su seguridad en Las Llanas, ya que a domicilio solo ha sido capaz de sumar un par de empates en los cinco compromisos disputados. Vuelven a Vitoria viejos conocidos como Alberto Montero, Igor Cuesta o Ibon Larrazabal dentro de un equipo que apuesta por la seriedad y por la solvencia y que seguramente tratará de pertrecharse en torno a su guardameta para tratar de cazar algún contragolpe o alguna acción de balón parado. Tranquilidad y paciencia tendrá que utilizar el conjunto vitoriano ante esa posible cerrazón para llevarse otros tres puntos a su granero.