Vitoria. Uno, de apellido con heráldica noble, procedente de una familia de Udine, Italia, aunque nacido en Argentina y residente en España. El otro, de ascendencia difusa aunque no se descarta su nobleza ni hidalguía. Uno, de requerimientos constantes por parte de medios y firmas que persiguen su imagen a toda costa. El otro, de una capacidad mediática local. Uno es considerado por muchos como el mejor jugador de todos los tiempos. El otro es señalado como uno de los jugadores más aptos para Segunda B. Uno es pichichi del que para muchos es el mejor campeonato del planeta. El otro, máximo goleador del Deportivo Alavés y del Grupo II de la categoría de bronce del fútbol estatal.
En las diferencias que los separan están las semejanzas que los aproximan. Messi y Guzmán. Guzmán y Messi. Cada uno a su manera, son los puntales de los dos equipos. La comparativa entre Messi y Guzmán es la comparativa entre los Alavés y Barça actuales. Cada uno tira del carro en sus respectivos equipos.
Natural de Badajoz, Guzmán ha esprintado por las bandas de media España en diferentes equipos. La vida del jugador de Segunda B suele ser ésta. Tras jugar en las categorías inferiores del club de su ciudad natal, Guzmán militó en el Mallorca B, Xerez, Córdoba, Castellón y Ceuta antes de recalar en el Alavés. Messi, sin embargo, fue captado por el fútbol base del Barcelona a los trece años -mediante la famosa servilleta en la que se estampó el primer contrato del argentino con la entidad culé por prescripción de Rexach- y de ahí no se ha movido, viendo incrementada la nómina de su contrato cada vez que realiza un hat trick y se le afilan los colmillos al millonario árabe de turno presidente de algún club del Viejo Continente.
Messi ha necesitado firmar unos registros estratosféricos para encabezar la clasificación de un pichichi cuyos perseguidores, Cristiano Ronaldo y Falcao, optan como él a ser nombrados mejor jugador del planeta marcando trece goles en nueve encuentros. Guzmán colidera la clasificación de goleadores en el Grupo II de la Segunda B con cinco tantos en diez partidos.
Uno marcó 15 goles el pasado año pero aviso de que esa cifra "no es la habitual para él" y que la consiguió al jugar más pegado al área de lo que estaba acostumbrado. El otro perforó las redes rivales 50 veces batiendo todos los récords y está a un suspiro de superar otro, el de goles logrados en un año natural.
Uno usa Nike. El otro las usaba, pero tras enfrentar a la firma yanqui con el otro mastodonte de la ropa deportiva, Adidas, porque calzara sus botas, se decidió por los teutones.
De uno sabemos que le gusta el rojo, la cumbia, la Play Station, la playa, El hijo de la novia de Campanella, El gaucho Martín Fierro de José Hernández, Maradona y hasta su postre favorito; el dulce de leche. Del otro, nada.
Distancias considerables entre las semejanzas de estos dos líderes de carácter templado cuyas trayectorias distan pero que podrán equipararse donde el fútbol es realmente democrático, donde se entiende porque es el deporte rey: sobre el césped. Y que nadie le diga al albiazul que la victoria es una quimera, otros pequeños lo han hecho ya. Tampoco que marcar en el Camp Nou es ciencia-ficción. El propio Guzmán ya golpeo al todopoderoso Barça en su morada con el Ceuta. Diferentes pero semejantes, aunque tendrán que esperar para medirse de nuevo sobre el césped al no haber entrado Messi en convocatoria.