¿Estará hoy en Mendizorroza?.

Sí, sí. La verdad es que ahora hace bastante que no iba al campo. Cuando el Alavés subió a Primera en el 98 yo dejé de jugar y después creo que no he estado. He ido a las oficinas más para temas burocráticos que futbolísticos.

Esos los hizo al inicio de su carrera. ¿Qué recuerdos tiene de su etapa en el Alavés?

Tengo el recuerdo de un equipo que, cuando otros pensaban que igual no podía ser portero de Primera, sí tomó esa decisión y de haber aprendido mucho sobre el fútbol. No sólo sobre el juego, sino sobre la actividad del fútbol, el negocio del fútbol, los jugadores, las situaciones económicas... En definitiva, sobre todo lo que es el fútbol y su entorno. Me queda la pena de que aquel equipo que estuvo muy cerquita de subir a Primera finalmente no lo consiguió. Por decirlo de alguna manera, ahí me hice mayor, me hice adulto futbolístico en el Alavés.

Lo recuerda como un paso muy importante aunque fuera al inicio de su carrera.

Sí, porque yo era la primera vez que salía de casa, de Aratxabaleta, y me encontré con un equipo profesional. Era salir de jugar en juveniles a estar en una plantilla con Valdano, Señor, Morgado, Salamanca, Basauri...Gente que era muy importante, con recorrido y trayectoria en el fútbol profesional.

¿La situación del club entonces y ahora tiene similitudes por la necesidad de ascender y las estrecheces económicas?

En aquel entonces estábamos en Segunda y se aspiraba a subir a Primera. El Alavés lo consiguió en el 98 y después vivió unos años gloriosos con la final de la UEFA y demás y ahora seguramente está en otra posición. Pero los clubes que tienen una historia importante son responsables de esa misma gran historia. Todo eso supongo que pesa un poco en el día día en la responsabilidad del equipo en la categoría en la que está ahora.

Ha apoyado públicamente al Alavés en los malos momentos.

Sí, acudí a la ampliación de capital y también anteriormente cuando se convirtió en sociedad anónima. Creo que de bien nacido es ser agradecido y al final el Alavés me dio la oportunidad de empezar en esto del fútbol y seguramente nada de lo que ocurrió después hubiese pasado si no hubiese existido ese primer capítulo. No sé lo que habría ocurrido pero desde luego como sucedió no. Por eso, el Alavés siempre me ha tenido al lado en lo que he podido ayudarle.

¿Cómo afronta el Barça la eliminatoria? ¿Es más un problema que otra cosa?

No, tampoco. El otro día lo decía Tito y estamos de acuerdo que esta primera eliminatoria siempre es muy complicada para los equipos de Primera. Todo el mundo te da como favorito, tienes mucho para perder y poco para ganar porque evidentemente que el Barça eliminase al Alavés no sería noticia y al contrario sí. Y a veces en mitad de un calendario tan intenso como el que tenemos estos partidos se cuelan y si no juegas muy, muy concentrado y puesto en el encuentro puedes convertirte en alguna de las sorpresas que salta cada temporada. Pero también eso nos lleva al fútbol más en estado puro, al que da posibilidades a cualquiera de sorprender a cualquiera. Este juego permite eso y esa es una de sus grandezas.

¿Cómo se consigue motivar al mejor equipo del mundo para disputar un encuentro ante un rival teóricamente muy inferior?

Yo creo que la motivación viene desde la propia responsabilidad de cada uno de los jugadores con respecto a su prestigio, el de todos juntos con respecto al club y porque ellos ya han jugado partidos de estos todas las temporadas y saben las dificultades que tienen. La motivación está en el propio juego y en saber que si uno quiere estar en la final tiene que pasar la primera eliminatoria.

¿El único problema para el Barcelona puede ser la relajación?

Y el rival, que es menos conocido pero tiene buenos jugadores que saben lo que es la competición. Te tienes que adaptar a otro campo, a otro fútbol a veces, la convocatoria es de dieciséis en vez de dieciocho... Estos partidos tienen una liturgia un poco diferente y la Copa tiene otro ritmo, otra intensidad y a todo eso es a lo que te tienes que adaptar.

Mendizorroza va a estar lleno.

Me alegro. Estos partidos son de los que a la afición le gusta estar con el equipo, verle competir contra rivales como el Barça, seguramente trae recuerdos también de la época de Primera y además uno siempre tiene la esperanza de que el fútbol te dé algo y vuelvas a casa contento.

El inicio de temporada del Barça está siendo espectacular.

Hasta ahora yo creo que el equipo sigue la línea de lo que ha hecho los últimos años en cuanto a juego y de competición y en los momentos difíciles ha mostrado caracter y deseos de ganar. Esa pregunta que tantas veces nos hacemos en pretemporada de si este equipo seguirá teniendo ganas de ganar, pasan los partidos y los resultados y te das cuenta de que la plantilla continúa teniendo esa ambición. Lo que pretendemos es ser fieles a una idea de jugar, de competir, de forma de entender el juego y a partir de ahí desarrollar lo mejor que tienen nuestros jugadores.

¿Se ha logrado el desafío de dejar atrás la etapa de Guardiola y abrir una nueva al mismo nivel?

No lo sé. Pep ha sido un enorme entrenador en este club que ha juntado eso que siempre es tan difícil, el juego y los resultados. Además, a un nivel extraordinario. A partir de ahí, hemos intentado mantener esa misma línea. Por ahí, no hemos cambiado mucho. Después si eso va a llevar a que al final de temporada consigamos tantos éxitos no lo sé porque a veces la competición se decide por cosas muy, muy pequeñas. Pero de momento seguimos siendo un equipo fiable, reconocible, y eso es una excelente herencia que nos dejó Guardiola pero también es un excelente trabajo de Tito en el tiempo que lleva.

¿Saber que este Barça ha pasado a la historia del fútbol y estar trabajando en él supone una presión añadida?

Es más una motivación, un aliciente, saber dónde estás. Al final llegas a un club con su capacidad competitiva, su estilo, su forma... Tienes que trabajar desde ahí para que eso sea más o menos estable y estemos en esa misma línea de competición. Después, los resultados muchas veces dependen de un balón al palo. El año pasado por ejemplo nos quedamos fuera de la final de la Champions en un cruce con el Chelsea en el que tiramos casi cincuenta veces a portería. Esa es una de las partes del fútbol que uno tiene que aceptar también. El premio viene de la ovación de tu público incluso en el momento de ser eliminado. Eso es un elemento de grandeza de este club. No sólo el haber tenido los resultados sino que su afición se sienta orgullosa de tu forma, tu estilo y de que seas fiel a él a pesar de que a veces no ganas.

Ayer Messi recogió la bota de oro y se cumplieron diez años desde el estreno de Iniesta con el Barcelona, ¿qué se puede decir de estos jugadores?

Decir, decir... con todas las cosas que se han dicho ya de ellos o de Puyol, Xavi, Piqué... Creo que lo mejor que se puede decir de ellos es que les gusta el fútbol, les gusta como les gusta a los chavales que empiezan a jugar, y en ellos descubres ese pálpito por el juego y que dentro de eso siguen teniendo la capacidad para volver a ponerse las botas cada partido con el deseo de competir, de medirse, de ganar... Para mí eso es lo mejor que tienen referido al fútbol y a su entorno. Luego, además, son capaces de hacer cincuenta goles como Leo el año pasado o meter el que le dio a España el Mundial como Andrés. Pero sin lo anterior, lo siguiente no se consigue.