Vitoria. Cuando el 10 de enero de 2007 el Barcelona visitó por última vez Mendizorroza -para disputar los octavos de final de la Copa del Rey-, Sergio Llamas fue, a buen seguro, uno de los poco más de seis mil aficionados que estuvieron presentes en las gradas para animar al Glorioso. Cuando el próximo martes se repita la escena cinco años después, podría darse la circunstancia de que este joven vitoriano disfrutara del momento sobre el propio césped. Y es que en todo este tiempo, especialmente en los últimos meses, muchas cosas han cambiado en su vida. De hecho, está viviendo un sueño del que es protagonista en primera persona y del que no quiere despertar bajo ningún concepto.
El último paso de su particular trayectoria se produjo el pasado sábado, cuando debutó como integrante de la primera plantilla albiazul en el estadio del Paseo de Cervantes. Antes, ya lo había hecho en Teruel pero, claro está, no es lo mismo. "Tenía muchas ganas de sentir el calor de la afición en Mendizorroza. El momento de entrar al campo fue impresionante y espero que se pueda repetir más veces", rememoró ayer.
Con apenas diecinueve años a sus espaldas, la vida de Llamas ha experimentado un vuelco enorme cuando ni tan siquiera él era capaz de imaginarlo. De esta manera, cuando estaba destinado a disputar la temporada con el filial albiazul en Tecera División, recibió la notificación del club de que pasaba a entrenarse con la primera plantilla para, al poco tiempo, descubrir que Natxo González contaba con él y le incluía en sus planes. Su presencia en varias convocatorias y el estreno en competición oficial han sido los hecho que corroboran las palabras. Muchos cambios que poco a poco ha tenido que ir incorporando a su rutina. "En principio mi plan era estudiar por las mañanas y entrenar con el filial por la tarde pero con todas estas cosas he tenido que cambiar y ahora estudio las tardes que tengo libres", explicó.
Porque a todas sus obligaciones con el Alavés y académicas Sergio Llamas todavía añade más compromisos. Miembro de una familia en la que el fútbol es mucho más que una afición -su padre es el presidente del Ariznavarra-, entrena a un equipo de las categorías inferiores de la entidad vitoriana. "Los niños son una pasada y están muy pendientes de mí todos los días para ver si voy convocado o no", bromeó.
Pero sin duda es su entrada en los planes de Natxo González lo que centra la atención de este joven centrocampista que se ha convertido en la nueva esperanza de la cantera alavesista. Dispuesto a seguir los pasos de Sívori, Sarriegi, Morgado o De Marcos , afronta el actual momento que está viviendo como un sueño del que está obligado a extraer el máximo rendimiento posible. "Natxo está contando conmigo y tengo que aprovechar todas las oportunidades que me dé", significó.
En este sentido, destacó que el hecho de que la temporada del conjunto vitoriano esté siendo, al menos hasta la fecha, brillante sirve para ayudarle en su propósito. "Siempre es más fácil entrar en dinámica cuando las cosas van bien. Este equipo tiene un nivel altísimo y yo siempre intento aportar lo máximo cuando salgo. Además, cada día aprendo mucho de estos jugadores entrenando y también en el banquillo o desde la grada", resumió.
Llamas se refirió también a la actualidad del colectivo y en este sentido quiso dejar claro que "hay que ir partido a partido, Natxo lo prepara así para concentrarnos en el encuentro que nos toque y ahora mismo sólo pensamos en el U.D. Logroñés. Desde el entrenamiento de hoy -por ayer- estamos con la mente puesta en el sábado, lo importante es la Liga, vamos líderes y hay que continuar ahí. A partir de entonces ya pensaremos en el Barcelona". En cualquier caso, la joven perla albiazul no ocultó que la inminente presencia del cuadro catalán en Mendizorroza provoca la situación sea "especial". Y es que está claro que no siempre se tiene la oportunidad de poder compartir césped con estrellas como Messi y compañía. Este joven vitoriano está camino de ello.