Vitoria. La de ayer fue una jornada promocional para la plantilla del Deportivo Alavés, que se pasó por las oficinas del Paseo de Cervantes para formalizar su relación como nuevos abonados del club, una iniciativa que tiene que servir como gancho para la llegada de nuevos socios, aunque el verdadero tirón lo marcaría un buen arranque de temporada. En esta cita, los cuatro capitanes albiazules -Sendoa, Salcedo, Jaume y Miguel- se erigieron en portavoces del vestuario y marcaron el que tiene que ser el camino a seguir del equipo, que no tiene otro fin que el ascenso de categoría. Eso sí, los propios futbolistas se encargaron de recordar que todo proceso tiene una duración y, en este caso, es de varios meses.

"El objetivo está claro, pero tenemos que ir cubriendo paso a paso etapas. Lo que no podemos hacer es estar jugando finales en septiembre", señalaba un Sendoa al que pronto se unía en el mismo sentido la voz de un recién llegado como Jaume: "Sabemos cuál es el objetivo y tenemos que ir con ambición desde el principio. No se asciende hasta mayo, pero hay un largo camino que empieza este sábado".

La misma línea seguía el discurso del guardameta Miguel, quien además destacaba la dificultad que tiene para el Alavés partir como el rival a batir: "El objetivo es estar entre los cuatro primeros, cuanto más arriba mejor, e intentar el ascenso a muerte. Se nos ha fichado para eso y vamos a darlo todo cada fin de semana para conseguir ese objetivo".

Los cuatro capitanes valoran de manera muy positiva el trabajo de integración y conocimiento entre los jugadores, la mayoría nuevos en el equipo, y Salcedo considera que el trabajo de la pretemporada ha servido para alcanzar el arranque de curso en un buen momento. "El equipo ha ido de menos a más y llegamos fuertes al primer partido de Liga", señalaba el vitoriano, con tantas ganas como sus compañeros de estrenar el nuevo curso. "Con ganas de que llegue el partido, de que pite el árbitro y de poder disputar la primera jornada. Estamos con ilusión y ganas de que empiece esto que es para lo que hemos trabajado todos estas cinco semanas. Hay que empezar a dar alegrías a la gente. Es la primera batalla y hay que traerse los tres puntos", señalaba Miguel.

Todo ese trabajo estival ha servido, a juicio de Jaume, para que el Alavés tome las que deben ser sus señas de identidad a lo largo de todo el curso: un equipo rocoso, sólido en defensa y al que debe ser muy difícil superar. "Lo que queríamos es hacer un equipo compacto al que le metieran pocos goles. Somos veinte futbolistas nuevos que nunca habíamos jugado juntos y lo más importante era conjuntarnos. Tenemos que ser un grupo", aseguró.

Un poco más a futuro también quiso mirar Sendoa, ya que más allá del estreno en Barakaldo hay una primera semana muy exigente con tres partidos oficiales, uno de ellos de un torneo como la Copa en el que hay puestas de nuevo muchas ilusiones: "En la Copa estamos ilusionados por llegar a esa cuarta ronda en la que juegas contra un equipo de Europa. Vamos a ir a por todo".