VITORIA. Al tajo y a sudar de lo lindo. Serán los primeros kilómetros de unas ilusiones renovadas. El Deportivo Alavés 2012-13 comienza a rodar oficialmente esta mañana. Y lo hace en paños menores con una plantilla integrada, de momento, por apenas doce futbolistas a los que en un corto plazo de tiempo se les deben añadir, al menos, una decena de fichajes que terminen de redondear un proyecto renovado drásticamente. Mendizorroza asiste, a partir de las 10.30 horas, al pistoletazo de salida de una temporada que vuelve a arrancar con el objetivo del ascenso de categoría -al menos, disputar el play off de ascenso- y de paso erradicar los amargos sinsabores de los últimos tiempos que han colocado al club al borde de la desaparición hasta la llegada del nuevo grupo inversor encabezado por Josean Querejeta.
Como cabía esperar, la entidad albiazul ha hecho borrón y cuenta nueva tras una última campaña repleta de desencantos que ha motivado una limpieza histórica tanto en los despachos como en el vestuario. Al remozado equipo que aún está conformando un viejo conocido como Javier Zubillaga y que será dirigido desde el césped por Nacho González, las dos principales novedades tras confirmarse bien avanzado el mercado estival la salida de José Carlos Granero y Dani Barroso, no le reconocerá nadie. La guadaña, todavía más afilada debido a las denuncias interpuestas por la mayoría de los futbolistas de la anterior plantilla tras un, a la postre, estéril expediente incoado por la directiva, ha hecho acto de presencia con una fuerza inusitada con el fin de que broten soplos de aire fresco en una caseta donde sólo continúan dos caras nuevas respecto al pasado curso. Se trata de Óscar Rubio, que aceptó una oferta a la baja para renovar, y Asier Salcedo, la única pieza con contrato en vigor a la que se ha redoblado la confianza.
Mientras se agilizan casi a contrarreloj las gestiones para terminar de conformar un bloque de ciertas garantías que estará encuadrado en un grupo francamente asequible de cara a la consecución de una de las cuatro primeras posiciones, la secretaría técnica ha incorporado hasta la fecha a diez hombres llamados a devolver la ilusión a una masa social expectante ante tanta novedad. Son los porteros Miguel Martínez y Urtzi Iturrioz, los defensas Agustín Fernández y Luciano González, los centrocampistas Yagoba Beobide, Manu García y Jaume Delgado, y los delanteros Borja Viguera, Rubén Negredo y Asier Barahona, éste último cedido por el Mirandés. El club, a diferencia del año pasado, entiende que era idóneo buscar en el mercado jugadores de la tierra o de provincias limítrofes que exhiban altas dosis de compromiso, derrochen la máxima entrega y se plieguen a la dureza de una competición traicionera que, ante todo, requiere bajar al barro y dar el do de pecho en cada partido.
labores pendientes Únicamente el transcurrir del tiempo determinará si ha logrado dicho objetivo a la vista del complejo trabajo que aún resta por efectuar para reunir un colectivo equilibrado y de sólidas hechuras. A nadie se le escapa que el equipo adolece de centrocampistas de carácter ofensivo y que traten bien el balón con el fin de que el Alavés sea capaz de mandar en los encuentros. Por último, tendrá que robustecerse la parcela defensiva y llegar un cuarto delantero. En estos primeros entrenamientos estarán a las órdenes de Nacho González varios futbolistas del filial dispuestos a ganarse el puesto en el primer equipo siempre que sean capaces de convencer al cuerpo técnico.
Quienes trabajarán al margen del grupo serán, en principio, los descartados Javi Casares y Sendoa Aguirre, a quienes el club trata de rescindir su contrato para que sigan los mismos pasos que el canterano Alex Vallejo y Gorka Azkorra, que ya son historia en la capital alavesa tras unas arduas negociaciones para su desvinculación. En definitiva, año nuevo e ilusiones renovadas para que el Alavés regrese por fin al lugar que le corresponde.