Vitoria. Los responsables de confeccionar la plantilla con la que el Alavés tratará de encontrar en su cuarta tentativa el regreso a Segunda División A se están moviendo en estas semanas de silencio institucional, por mucho que no trascienda. A falta de la confirmación en torno a la continuidad de José Carlos Granero, que parece que finalmente cumplirá su segundo año en el banquillo albiazul, y Dani Barroso, cuya renovación no está todavía clara, los agentes de algunos futbolistas que podrían resultar interesantes permanecen en contacto con el club vitoriano para tratar de colocar la mercancía. Si hace un par de semanas este periódico habló del interés del Alavés por el lateral diestro de la Real Sociedad B Arkaitz Pérez, es otro jugador guipuzcoano, también defensa pero en este caso zurdo, el que ha pasado a ingresar la nómina de futuribles del combinado albiazul.

Yuri Berchiche, un jugador que pese a su extrema juventud tiene ya una dilatada y pintoresca carrera, aparece como alternativa para cubrir uno de los puestos que más problemas le han dado al cuadro albiazul durante el pasado ejercicio, el de lateral izquierdo. Tras haber militado las dos últimas temporadas en el Real Unión, adonde llegó procedente del Valladolid -equipo con el que llegó incluso a debutar en Primera División-, el jugador zarautztarra cuenta con un atractivo añadido para los rectores alavesistas, dada su condición de sub'23.

Berchiche, nacido el 10 de febrero de 1990, ha dado muchas vueltas desde que abandonó la cantera de la Real Sociedad para alistarse en las filas enemigas y continuar con su formación en las categorías inferiores del Athletic. En una entrevista concedida hace algún tiempo, el lateral -que también puede actuar como central si es preciso- aseguraba que en Lezama pasó los dos mejores años de su carrera, aunque eso no resultó óbice para que de una manera que todavía no ha quedado muy clara hiciera las maletas y se marchara a buscar fortuna al fútbol británico. El Tottenham fue el siguiente destino de un jugador que portaba el cartel de promesa rutilante -llegó a debutar como internacional en categorías inferiores- y que en Irún ha demostrado ser uno de los mejores laterales izquierdos de la categoría. Pero que también soporta el sambenito de futbolista de carácter difícil, polémico en algunos casos.

Durante su etapa en los Spurs, Berchiche apenas gozó de oportunidades de exhibir sus virtudes con el primer equipo. Quedó integrado en su combinado de reservas. Pero le faltaba madurez -llegó a Londres con apenas 17 años- y los dirigentes del Tottenham decidieron que la mejor opción era buscarle acomodo como cedido para que se fogueara. Acabó en las filas del modesto Cheltenham Town, club que milita en la League Two, donde conoció de primera mano por primera vez el amargo sabor del descenso. Un año después, en los albores de la temporada 2009-2010, cambió de aires para fichar por el Valladolid, donde jugó con el filial, aunque en un curso muy convulso para el conjunto blanquivioleta, en la que hasta tres técnicos (Mendilibar, Onésimo y Clemente) pasaron por su banquillo sin poder evitar el descenso, pudo debutar en la máxima categoría del fútbol español.

De físico potente para un lateral al uso (181 centímetros y en torno a 80 kilos de peso), Yuri pasa por ser un jugador potente, agresivo y con mucho recorrido. En el Real Unión, equipo con el que firmó por dos temporadas, ha podido recobrar la continuidad y no son pocos los clubes de la categoría, a los que habría que sumar alguno modesto de Segunda A, que podrían echar las redes. En principio, queda libre, a pesar de que en Alicante se asegura que el Hércules compró la mitad de sus derechos a cambio de un millón de euros que nunca llegó a abonar y que se asocian con otro asunto turbio que da más colorido al expediente de un jugador que volvió a probar el amargor del descenso en Irún.

compra de partidos De hecho, Berchiche tiene el dudoso honor de haberse convertido involuntariamente en protagonista de uno de los más recientes episodios de posible amaño de partidos que salieron a la luz. En concreto, ha estado en el epicentro de las acusaciones vertidas en torno al supuesto intento del presidente del Hércules de comprar varios partidos en el tramo final de la campaña 2009-2010, que concluyó con el ascenso del cuadro alicantino.

El Hércules, de hecho, mantiene que posee el 50% de los derechos del lateral, que sin embargo ha sostenido recientemente que ningún miembro del club alicantino se ha dirigido nunca a él ni a su representante. En realidad, las malas lenguas dicen que esa deuda del millón de euros por la compra de parte de sus derechos no es más que una manera de encubrir la presunta compra del último partido de la temporada 2009-10, en el que la victoria del Hércules en Irún le permitió ascender a Primera División. Habrá que ver hasta qué punto pueden influir estas historias en una hipotética negociación para fichar por el Alavés.