¿Coincide con el resultado del Trofeo al Jugador más Regular?
Si lo ha ganado es porque se lo ha merecido. Al final es un cómputo blobal de todo. Puedes jugar un partido muy bien y tres mal pero el más regular es el que se lleva el gato al agua, claro. Y si Javi Casares ha acabado en el primer puesto de la clasificación es porque ha sido el más regular de la temporada.
¿Cómo se decidió a apoyar al Alavés con el patrocinio de este premio?
Han sido muchos años estando en el club. Muchas veces le doy vueltas y pienso que no habrá nadie que haya estado tanto tiempo como yo. El Alavés es algo grande, que hay que vivirlo, hay que sentirlo. Y si no se vive así es mejor no estar. Yo creo que hasta ahora la gente que viene de fuera no vive la ciudad, no lo siente y una cosa que no se siente no se vive. Bajo mi punto de vista, por ahí viene todo lo que le está pasando al club.
¿Se echa de menos ese sentimiento?
Yo creo que tendríamos que empezar por un director deportivo, que tiene que ser la base del proyecto, y dentro del club hay gente que sabe y que vive los colores. En mi época de jugador la mayoría éramos de fuera pero había gente como por ejemplo Valverde o Iñaki Ocenda que eran de aquí y sentían el Alavés. Habían subido desde abajo y conocían lo que es el Alavés. Por eso a mí me da mucha pena que no se apueste por gente de la casa como podría ser el mismo Ocenda que sabe lo que es eso, cómo hay que sentir y vivir estos colores, dónde y cómo fichar e inculcarles a los chavales... La base está ahí, que coja el equipo alguien que sepa de esto y lo que es Vitoria y cómo se viven en Vitoria las cosas. Mientras sigamos con gente de fuera que le dan mucho dinero, va a hacer un equipo y va a estar aquí un par de años....No lo veo, la verdad.
Además no se mantiene la estabilidad con ningún proyecto.
Así es. Tiene que ser gente de aquí, que ha subido desde abajo. No necesitamos nadie que venga de fuera a hacer no se qué. Así no hacemos nada.
¿Hay que confiar en los de casa?
Sí, pero en Vitoria siempre ha pasado eso, ha costado mucho que la gente de aquí llegue arriba. Por ejemplo Valverde tuvo que irse fuera para que le dieran la oportunidad y triunfar.
Y al final acaban triunfando en otros equipos en categorías superiores.
Claro, tienen que marcharse fuera para triunfar y eso es muy triste. Lo que ocurre es que aquí es mucha presión porque el Alavés no puede estar en Segunda B ni casi en Segunda. Es una ciudad que te impone, impresiona y el terreno de juego es espectacular, una alfombra. Si te dan todo eso, si la gente, la afición, el club, te da todo eso, tú tienes que darlo todo de tu parte. Estás obligado a entregarlo todo y si no lo hacen es que no están sientiendo nada, no saben de qué va esto.
¿El problema es que igual se dan cuenta cuando ven la salida, demasiado tarde?
Es verdad que muchas veces te das cuenta cuando lo pierdes. Lo piensas y ves que esto es grande y cómo lo vive la gente, porque la afición es espectacular. Hay que valorar el apoyo que tiene el club con todo lo que está sufriendo la gente.
Está claro que Vitoria no se merece que el Alavés esté en Segunda B.
No, no. La ciudad, el campo, la afición... todo esto es impresionante y no puede ser que estemos como estamos.
Ahora es el momento clave para acertar de cara al año que viene.
Sí, está claro. La verdad es que yo, cuando se confirmó la entrada de Querejeta, quedé tranquilo porque no podía ser que el club estuviese a punto de desaparecer. Con él yo creo que vamos a estar bien pero hace falta poner a gente que sepa de esto y gente que tienen ahí, en la cantera.
No se puede volver a fallar.
El año que viene ya no tenemos ninguna disculpa. Se pueden hacer las cosas con tiempo y planificándolo todo bien y hay que ir a tope para que el equipo suba y se asiente ahí. Tenemos que ir como el Mirandés. Es lo mínimo que se le puede pedir al Alavés.