Vitoria. Más allá de la remota posibilidad de alcanzar el cuarto puesto y con él la clasificación para el play off de ascenso, lo que sí tiene claramente a su alcance el Deportivo Alavés es la opción de asegurar su presencia en la próxima edición de la Copa del Rey, para lo que precisa acabar en la quinta plaza del grupo que en estos momentos ocupa dentro de una pelea en la que también se encuentran implicados Guijuelo y Logroñés, sexto y séptimo respectivamente con un punto menos en la tabla que los albiazules a falta de la última jornada.

La normativa reguladora de la organización del torneo copero dispone que se clasificarán para el evento de la temporada 2012-13, dentro del apartado de Segunda División B, los cinco primeros clasificados de cada uno de los cuatro grupos, a los que se unirán los otros dos equipos, cualesquiera sea su lote, que logren la mejor puntuación fuera de esos veinte clubes que obtienen billete copero gracias a su clasificación liguera.

En el caso alavesista la única opción para conseguir la clasificación pasa por mantener en la última jornada la quinta plaza, ya que en otros grupos ya hay equipos que superan claramente los 58 puntos con los que cuenta en estos momentos el equipo de José Carlos Granero, que depende de sí mismo para asegurarse su presencia en la próxima Copa.

En caso de victoria, los albiazules estarán de nuevo en el torneo del K.O., pero si no son capaces de ganar en Torrelavega la clasificación se complicaría mucho porque tendrían que estar pendientes de sendos tropiezos de Guijuelo (se enfrenta a la Ponferradina en tierras bercianas) y Logroñés (recibe al Palencia en Las Gaunas).

Existe incluso la posibilidad de un empate en la tabla si el Alavés pierde y alguno de sus dos rivales, o los dos, cosechan tablas. En caso de igualada con los salmantinos, el gol average particular favorece al Guijuelo, mientras que con los riojanos es favorable a los alavesistas. El triple empate a 58 puntos es favorable a los salmantinos, que han conseguido siete puntos en los enfrentamientos directos, por seis del Logroñés y solo cuatro del Alavés.

En caso de no alcanzar la quinta plaza, y ante la imposibilidad de ser uno de los dos mejores de entre el resto de competidores por puntuación, al cuadro albiazul solo le quedaría la opción de una providencial actuación federativa -el ente tiene libre disposición para completar la competición y llevar a cabo ajustes en la organización-, que vendría propiciada por una repartición de plazas adicionales al quedar vacante la conseguida por el Real Madrid Castilla y las opciones de clasificación que también tiene el filial del Atlético de Madrid.

Más allá de la repercusión deportiva, el torneo del K.O. supone una oportunidad única para los clubes de Segunda B de conseguir unos ingresos extraordinarios. Cabe recordar que el sistema de competición de las últimas temporadas empareja a los equipos de Segunda B y Tercera entre sí en las primeras tres eliminatorias del torneo para dar paso en la cuarta a un enfrentamiento de estos supervivientes contra los equipos de Primera División que se clasifiquen al final del presente curso para disputar alguna competición europea. Sin ir más lejos, el Alavés se quedó la pasada campaña a las puertas de enfrentarse contra el Atlético de Madrid tras caer contra el Albacete.

El filial, expectante Pero además de esas opciones hipotéticas de play off y las reales de estar en la Copa, el Alavés también se juega en Torrelavega una buena parte de las posibilidades de permanencia de su filial en Tercera División. El equipo dirigido por Javi Luaces ha conseguido evitar el descenso directo y ahora su objetivo es escapar de la decimaséptima plaza, que con el descenso del Lemona conllevaría la pérdida de categoría para el equipo del Grupo Vasco que ocupe esa posición al término de la temporada, siempre y cuando, eso sí, que el equipo cementero compita la próxima campaña, algo que es bastante dudoso.

La victoria del primer equipo en Torrelavega provocaría que fuese la Gimnástica la que finalmente disputase el play off de permanencia, lo que evitaría la opción de que otro equipo vasco pudiese bajar a Tercera (Real Sociedad B y Real Unión están en la pelea por evitar esa promoción) y con ello el arrastre de un nuevo equipo, en este caso el decimosexto, puesto que en estos momentos ocupa el filial alavesista, a categoría provincial.