Vitoria. El domingo será tarde de transistores. Como antes. De bocata en el campo y bota de vino, para todo aquel que decida desplazarse hasta Torrelavega. Será tarde de angustias. Más aún para los cántabros, que se juegan el tener que disputar la promoción para no descender de categoría, pero también, cómo no, para la parroquia alavesista que empujará a su equipo hacia una victoria que, unida a la del Lemona, otorgue al Alavés la posibilidad de jugar el play off de ascenso a la Segunda División.
Será tarde de creer. Una tarde para profetizar carambolas. Al menos eso es lo que se desprende del sentir general, de los comentarios de aficionados, jugadores y hasta de la prensa. Pero la realidad no es tal. Es relativa, diríamos.
Es incuestionable que la hipermencionada carambola ha de darse. Aunque las propias connotaciones que rodean la palabra la visten de proeza. No lo sería tanto en verdad. Atengámonos a la definición de la Real Academia de la Lengua Española que más se atiene a esta hipótesis: casualidad probable. Si Pombo, Goytisolo o Vargas Llosa así lo creen, no somos nadie para discutir las posibilidades que se le abren al Alavés en este ejercicio de optimismo aunque no exento de objetividad.
Todos estos prolegómenos no quieren sino justificar la posibilidad real de que esta carambola se haga carne. Nadie apostaba un duro por el descendido, desde hace jornadas, Lemona pero si nos atenemos a los números que está firmando en esta recta final del curso y, sobre todo, a su desempeño en casa, la perspectiva puede ser mucho más halagüeña.
Y es que de los cuatro últimos partidos en Arlonagusia, el equipo que entrena Alfonso Barasoain ha vencido tres y ha empatado uno. Pese a que su descenso se consumó hace unas jornadas, tal y como revelaba Quintanilla en rueda de prensa, "no han dejado de competir". El deporte no deja de ser deporte ni los profesionales de éste deportistas y los del Lemona están dando toda una lección de diligencia pese a lo resentido de sus nóminas. Hemos visto casos similares.
Así, los vizcaínos sufrieron la última derrota en su campo, por la mínima, ante un rival de enjundia: el líder del grupo y revelación de la temporada estatal en todas sus categorías, merced a su herórica Copa del Rey; el Mirandés. Corría la jornada 28. Dos más tarde, el equipo rojinegro iniciaba este colofón marcial y casero contra el Club Atlético Osasuna B. 2-1.
De nuevo dos jornadas más adelante en el tiempo, ya en la trigésimo segunda, el Lemona se deshacía del Real Unión también por un gol. Esta vez 1-0. No pudo continuar la racha ante la Arandina aunque tampoco permitió que los castellanos perforarán su portería y el 0-0 presidió el encuentro de principio a fin. Pero volvieron a jugar en Arlonagusia, de esto hace tan sólo una semana, y volvieron a ganar. En esta oacsión la víctima fue el Zamora. 2-1. No contentos con esto, los vizcaínos vencieron en la pasada jornada por 1-2 en La Albuera contra una, todo hay que decirlo, ya defenestrada Gimástica Segoviana.
De esta forma, el Lemona ha conseguido diez de los últimos doce puntos en casa. Tres victorias de cuatro. Si a ello le unimos el corriente bagaje del Amorebieta como foráneo en esta Liga -no gana fuera de casa desde el ¡1 de Octubre!-, se abre un halo de esperanza.
Cierto es que los lemoarras deberían vencer y, por ende, perder los azules con el agravante de que el Amorebieta ha conseguido más de un empate en sus desplazamientos últimos. Sin ir más lejos en la última jornada que jugaron fuera: empate a uno contra el Athletic B. También consiguieron hacer tablas en el difícil campo de Ipurua el 5 de abril ante el Eibar. Equipos ambos de contrastado nivel, sobre todo los eibarreses, ante los, a priori, dóciles contrarios lemoarras. Aunque tampoco se debe obviar la pujanza que acompaña, a estas alturas de campaña, a equipos en apuros como los que se han enfrentado a los rojinegros a excepción, quizás -comprobamos que esto no le ha sucedido al Lemona-, de la Gimnástica Segoviana.
En todo caso, la estadística reciente dibuja difícil, pero no imposible, la manida carambola que se necesita este domingo. Casualidad probable, dice la RAE. Probable.