Vitoria. Las escasas opciones que tiene el Deportivo Alavés de disputar el play off de ascenso pasan por seguir acumulando victorias y por seguir esperando a que el Amorebieta sufra nuevos pinchazos. Ganar, ganar y ganar. No le queda otra al conjunto de José Carlos Granero. Y para conseguir esa continuidad en los buenos resultados que permita reabrir, aunque sea mínimamente, las puertas de la esperanza, el conjunto vitoriano tiene como obligación protagonizar una innegociable mejoría en sus compromisos a domicilio, en los que a lo largo de la segunda vuelta solo ha sido capaz de sumar una victoria, la conseguida en Zamora. Escaso bagaje para un equipo que pretendía jugarse el ascenso de categoría.

Las tornas del equipo han variado por completo a lo largo de la segunda vuelta. Mientras que en el primer tramo de la temporada eran los partidos en Mendizorroza los que se le atragantaban al conjunto albiazul, en la segunda fase del curso los grandes problemas han aparecido cuando el equipo ha ejercido de visitante. Irregular dentro de su propia regularidad, este Alavés ha demostrado que no tiene término medio y que es incapaz de encontrar el equilibrio.

Cierto es que a domicilio este equipo deja bastante que desear, pero al menos durante el primer tramo de competición los puntos llegaban con regular asiduidad. En total se consiguieron trece -otros diecisiete llegaron en casa para el total de treinta con el que se cerró la primera vuelta-, merced a tres victorias (Gimnástica Segoviana, Palencia y Mirandés), cuatro empates (Osasuna B, Bilbao Athletic, Lemona y Salamanca) y dos derrotas (Real Unión y Guijuelo).

Ese picar aquí y allí que sirvió para sumar unos cuantos puntos en la primera vuelta desapareció coincidiendo casi con el arranque de la segunda fase de la competición, cuando las derrotas se han convertido en una constante demasiado habitual cuando al equipo le toca subirse al autobús.

Escaso bagaje Con una única victoria (Zamora) y solo dos empates (Real Sociedad B y Amorebieta), al conjunto vitoriano se le acumulan las derrotas en los otros cuatro partidos que le ha tocado jugar lejos de Vitoria. Eibar, Arandina, Sestao y Logroñés le dejaron sin punto alguno para acumular fuera solo cinco puntos en todo lo que va de segunda vuelta, que contrastan sobremanera con los diecisiete -los mismos en casa que en la primera ronda con dos partidos aún por disputarse- que ha logrado en Mendizorroza, lo que deja bien a las claras el cambio de tendencia que ha sufrido el equipo.

Esas cuatro derrotas como visitante en la segunda vuelta superan ya los tres tropiezos que el cuadro albiazul protagonizó en la primera fase del curso, en la que los empates estaban a la orden del día. Ahora es cuando comienzan a echarse de verdad de menos algunos de esos puntos que se dejaron escapar sin saber muy bien cómo, pero agua pasada no mueve molino y es momento de mirar solo al horizonte para conjugar de nuevo el verbo ganar cuando toque viajar.

No va a tener que esperar mucho el equipo de Granero para tener esa posibilidad de quitarse de encima esta particular maldición, ya que en poco menos de una semana toca afrontar la visita a un Burgos que está dando sus últimas bocanadas de aire dentro de su agonía con un descenso que puede certificar matemáticamente la próxima jornada. Quedarán después dos salidas de enorme dificultad a Ponferrada y Torrelavega, donde el curso podría quedar finiquitado o estirarse hasta el play off.

Esta mala racha alavesista a domicilio supone un calco de la trayectoria que está protagonizando como visitante el Amorebieta, aunque sus males vienen de antes. El rival directo en la pelea por el cuarto puesto también lleva solo cinco puntos fuera en lo que va de segunda vuelta, pero tampoco en la primera estuvo brillante y solo fue capaz de sumar once puntos lejos de Urritxe. Desde el 1 de octubre lleva sin ganar fuera el equipo de Axier Intxaurraga, que tiene que afrontar también tres salidas en los cinco últimos partidos (Palencia, Bilbao Athletic y Lemona), aunque a priori parecen menos complicadas que las que tiene el Alavés.