Vitoria. José Carlos Granero compareció en rueda de prensa tras uno de los mejores partidos de la temporada del Alavés haciendo gala de un optimismo moderado y prudente. Consciente de la irregularidad de una plantilla que ha propuesto demasidos picos -para bien y para mal- en su juego a lo largo del prsente curso, el técnico babazorro expusó que "la línea está marcada, ahora lo que hace falta es constancia".
El valenciano no eludió la autocrítica y reconoció que a él la irregularidad mostrada por el bloque "también le preocupa", si bien apuntó que sus "números son de promoción". A este respecto la actitud plasmada en una atosigante presión, sobre todo en primera línea, por parte de los albiazules y escondida en varios choques de la temporada fue considerada por Granero como "un punto importante" de cara a lograr esa ansiada regularidad, aunque "no el único".
Analizando al equipo desde una perspectiva más concreta, Granero ensalzó la labor de un hiperactivo Casares de cuya posición -la de mediapunta- en el duelo de ayer dijo que no se trataba de "ninguna novedad", ya que le vió jugar como segundo delantero en el Portuense. Asimismo juzgó como clave esta ubicación del andaluz, puesto que "el equipo era previsible de medio campo para arriba" y este cambio propicia nuevas opciones como "incorporaciones desde segunda línea o desmarques de ruptura".
De igual modo remarcó la labor de Palazuelos en su segundo partido, de quién apuntó que "estuvo muy ordenado pero guardándose porqué físicamente aún no está a tope".
Meza Colli, sin duda el fichaje más esperado de la tarde, marcó. El paraguayo demostró aptitudes de alta tasación para la categoría, aunque se le vió físicamente justo. Extremo que Granero justificó porque "tal como estaba el partido cuando salió, tuvo que realizar muchas carreras".