Vitoria. Durante las últimas trece temporadas, la figura de Patxi Puñal controlando el centro del campo de Osasuna se ha convertido en un clásico para todos los aficionados rojillos. El capitán navarro, que recientemente se ha convertido en el jugador que más partidos ha disputado en Primera División con la elástica pamplonesa, añade a sus innegables condiciones futbolísticas otra muy especial que le ha hecho acreedor al sobrenombre de Puñalti. Y es que el centrocampista pamplonés se ha mostrado a lo largo de toda su dilatada trayectoria prácticamente infalible desde los once metros.

Pues bien, ahora que el inexorable paso del tiempo sitúa cada vez más cercano el momento de la despedida del icono osasunista, la siempre prolífica cantera de Tajonar parece haber dado el sustituto ideal. Este no es otro que Roberto Torres Morales, nacido en Pamplona el 7 de marzo de 1989 y que sigue de cerca la brillante estela de su compañero de club.

Y no solamente porque ambos se desenvuelvan en la zona ancha, sino porque la nueva perla rojilla ha demostrado también idéntica pericia en los lanzamientos desde el punto de penalti. Los datos hablan por sí mismos. Considerando la Primera División, la Segunda y los cuatro grupos de la categoría de bronce, Torres es el tercer jugador que más penas máximas ha transformado cuando ya se ha sobrepasado el ecuador de la competición. Sólo Cristiano Ronaldo y el centrocampista del Huesca Juan José Camacho, con siete diánas cada uno, están por encima de los seis goles logrados desde los once metros por el jugador pamplonés. Una estadística a tener, desde luego, muy en cuenta.

Pero los méritos del capitán del filial rojillo no se reducen, ni mucho menos, a su eficacia -100% de efectividad- desde el punto de penalti. La presente temporada ha supuesto la eclosión definitiva de un futbolista en el que los rectores de Osasuna tenían depositadas importantes esperanzas y hoy se convertirá en una amenaza para el Alavés.

A pesar de que su ubicación sobre el terreno de juego está en el centro del campo, dispone de buena llegada y un olfato goleador muy desarrollado en los últimos tiempos. De esta manera, a las seis dianas conseguidas desde los once metros ha sumado otros seis tantos en juego que le convierten, con doce goles, en el pichichi destacado del Grupo II de la Segunda División B. Un acierto del que se está beneficiando considerablemente el filial rojillo. Y es que la cosecha de Torres supone casi la mitad de los tantos conseguidos por la escuadra navarra, que contabiliza un total de 30 a favor y está instalada en la undécima posición de la tabla clasificatoria a solo dos puntos de distancia del Glorioso.

Todos estos argumentos no han pasado ni mucho menos desapercibidos para los responsables del primer equipo rojillo. José Luis Mendilibar ya le ha concedido la alternativa a Torres junto a los monstruos de la Liga de las estrellas. El último ejemplo ha tenido lugar esta misma semana en la Copa del Rey.

Una apuesta de Mendilibar El emparejamiento entre el todopoderoso Barcelona y Osasuna ha permitido al joven centrocampista navarro medir sus fuerzas con muchos de los mejores jugadores del mundo. De hecho, fue titular en el encuentro de ida disputado en el Camp Nou y el pasado jueves volvió a disputar 67 minutos en el Reyno de Navarra. El cuadro rojillo resultó eliminado pero Torres no olvidará esta eliminatoria en su vida.

Como tampoco borrará de su memoria la fecha del pasado 11 de diciembre. Ese día se produjo en La Rosaleda su debut en Primera División. Sustituyó al lesionado Lolo en el minuto 70 de la contienda y con su contribución el conjunto navarro consiguió conservar el empate que reflejaba el marcador.

A sus 22 años, Roberto Torres aúna desparpajo y calidad a partes iguales. Con un guante en la bota, una calculadora en la cabeza y una visión de juego notable, se trata de un jugador con mucho futuro. Más aún, cuando se descubre que su fútbol va acompañado de una cabeza bien amueblada que le ha convertido en el líder indiscutible del filial rojillo. "No sé si es por ser capitán, pero este año me siento más importante. Siento que tengo más responsabilidad, que tengo que mandar. Soy un jugador de balón y, sin él, sufro", destaca. Si el Alavés logra arrebatárselo, tendrá mucho ganado.