vitoria. José Carlos Granero hizo autocrítica tras el pírrico empate albiazul ante el Sestao y no dudó en censurar los insuficientes méritos albiazules a lo largo de otro choque para olvidar. "Tras los veinticinco primeros minutos, no me ha gustado nada el partido. No hicimos nada bien", denunció en primera instancia el técnico valenciano, quien no dudó en calificar como "un paso atrás" el único punto conseguido que priva al Alavés de asaltar los puestos que conducen al play off de ascenso. "La afición venía ilusionada y con ganas de ver algo, pero no se lo hemos dado. Con 1-0, he visto el encuentro ganado, pero el empate nos hizo mucho daño. El equipo, de una forma sorprendente para mí, no ha sabido superar esa adversidad", siguió vituperando un entrenador descontento, entre otras cosas, con "el poco orden, el hecho de que todo se jugase a la misma velocidad, la precipitación y la falta de tranquilidad y personalidad" para derribar el muro vizcaíno.

A juicio del máximo responsable del banquillo, en el pobre rendimiento también influyeron "las ganas de agradar" de unos jugadores excesivamente presionados. "Ellos eran conscientes de que éste era el partido para crecer, más tras las buenísimas sensaciones de Palencia. Hemos jugado el partido que quería el Sestao. Por ocasiones, quizá, merecimos más, pero por juego e intenciones no", reconoció Granero. Tras la goleada del pasado fin de semana que parecía haber erradicado los vicios de la anterior etapa, el Alavés volvió a caer en la mediocridad sin que su responsable acertara a encontrar las causas. "Me he encontrado un equipo diferente al de Palencia. Allí fuimos atrevidos y valientes, fuimos a por el contrario jugando con mucha tranquilidad. Hoy -por ayer- el balón pesaba mucho, costaba aparecer, se han fallado pases fáciles. Les ha podido la presión de ganar. Nos movimos por impulsos, no por un criterio definido", lamentó Granero.

Dos puntos de oro se fueron al limbo, pero el valenciano tampoco concedió excesiva importancia a ello. "El empate no es tan doloroso a nivel de puntos. Me preocupa más irme con el pensamiento de saber qué pasa. Tengo que darle una vuelta a lo que ha pasado. No he reconocido al equipo, sobre todo en la segunda parte", destacó. Por último, lanzó un mensaje de calma para el futuro. "A los jugadores debo transmitirles tranquilidad. No es el equipo que a mí me gustaría, pero ahora tengo que darles la serenidad de que queda mucho. Hay que cambiar la imagen, ya que tenemos recursos suficientes para dar una respuesta".