Vitoria. Con el tiempo cogido entre alfileres, José Carlos Granero trabaja casi a contrarreloj para inculcar su disciplina táctica, sobre todo la defensiva, en un Deportivo Alavés que no puede detenerse ahora que le toca comenzar de nuevo de cero. Tres sesiones de entrenamiento centradas en aportar los datos más básicos de su filosofía, pero que a la vez han servido para vislumbrar cuáles pueden ser los pilares del nuevo preparador albiazul de cara al compromiso del próximo domingo en Palencia, en el que el conjunto vitoriano tiene la necesidad perentoria de sumar los tres puntos si no quiere seguir cediendo terreno ante unos rivales directos que ya han comenzado a entonarse y a marcar distancias que pueden resultar insalvables si no se les pone coto cuanto antes.

El técnico valenciano es de los que empiezan los edificios por los cimientos y, por el trabajo visto en las primeras sesiones, dichos pilares estaban bajo mínimos en un equipo con el que ha trabajado aspectos que deberían venir aprendidos de lejos. El funcionamiento del entramado defensivo ha copado casi la totalidad de las atenciones del nuevo preparador albiazul, que incluso ha permitido vislumbrar cuál puede ser la composición del cuarteto de zagueros en el partido contra el Palencia.

Parece decidido Granero a apostar por un par de novedades si se confirma lo que trabajó ayer. Una de ellas, la obligada por la ausencia del sancionado Aridane, tiene visos de venir acompañada de sorpresa. Teóricamente, Jon Moya debería ser el sustituto del canario, pero en todo momento ha sido Alex Quintanilla, reconvertido desde el pivote a una demarcación que ya conoce de su experiencia en el Athletic, el que ha conformado pareja con Luis Prieto en el eje de la zaga.

En la banda derecha, la figura de Fachan, brillante en el arranque del curso, parece inamovible, pero no ocurre lo mismo con Dani López en la izquierda. El lateral procedente del Numancia está protagonizando un pobre estreno de temporada y Granero ha ensayado en sus primeras pruebas con Salcedo en una demarcación que ya ha ocupado esta misma temporada en el partido contra la Real Sociedad B, en el que estuvo muy serio atrás.

Estos cuatro jugadores fueron los principales protagonistas en los ejercicios defensivos que planteó el preparador valenciano y también compartieron equipo en el partidillo de nueve contra nueve que escenificó Granero. Por delante de este cuarteto, y dentro del 4-4-2 que parece decidido a instaurar el nuevo técnico alavesista, se situó la pareja conformada por Indiano y Lázaro. Madrileño y navarro cuentan con capacidad para sacrificarse defensivamente y dar salida rápida al balón y, además, tampoco hay muchas más alternativas con la ausencia de un Javi Rubio que no acaba de recuperar la plenitud física tras su lesión.

Dos delanteros A partir de ahí es donde aparecen las dudas, ya que Granero no enseñó un once definido. Para la izquierda, una vez recuperado, Sendoa es fijo, mientras que en la derecha, con la ausencia de Casares aún vigente, Luisma parece contar con más papeletas que Dennis, ya que el cántabro actuó ayer por esa banda mientras el castellonense se desempeñaba por la zurda.

Más complicado resulta predecir qué dos delanteros actuarán de inicio, ya que el preparador valenciano ha probado en algún momento con las tres parejas que son posibles entremezclando a su tridente de arietes. En la sesión vespertina del miércoles le dio preponderancia al dúo Geni-Jito, pero ayer el delantero catalán formó pareja con Azkorra en la punta del ataque.

Eso sí, sea quien sea la dupla ofensiva, lo que no cambia es la exigencia de una presión adelantada para intentar recuperar balones en los primeros metros del campo o dificultar al máximo la salida del balón del rival. En este sentido, y siempre con las dos líneas de cuatro muy juntas para evitar que el rival disfrute de espacios, Granero volvió a insistir en la necesidad de ganar metros al césped, de adelantar mucho la defensa y de cerrar el equipo en torno al centro para evitar las llegadas directas de los rivales.