Albacete. El choque ante el Albacete era más que un partido para Luis de la Fuente. El entrenador albiazul, consciente de que camina por la cuerda floja desde hace semanas, mostraba un visible gesto de preocupación tras la derrota que supuso la eliminación copera en tierras manchegas. Sin embargo, el preparador riojano, como ha ocurrido siempre tras los últimos traspiés, optó por sacar su orgullo y confió en que el rumbo del equipo vitoriano cambiará notablemente para el partido del domingo frente al Amorebieta. "Ha sido un palo muy gordo que nos ha hecho mucho daño. Yo quería ser campeón de la Copa del Rey con el Alavés y no ha podido ser. Estábamos tremendamente ilusionados y ahora el equipo está tocado, pero hay que seguir levantando la cabeza y pensar en el Amorebieta", valoró De la Fuente antes de ser cuestionado por su posible destitución.
"Lo que tenga que ser será. Si me dicen que no me presente al próximo entrenamiento, no me presento, pero el domingo vamos a ganar", insistió el técnico, que compareció en sala de prensa antes de tener oportunidad de hablar con teléfono con Avelino Fernández de Quincoces, con el que habitualmente acostumbra a charlar tras los partidos. "Mañana voy a ir a entrenar y a intentar recuperar al grupo, porque si no me presento mañana entonces sí que me echan. Hablaremos luego por teléfono, pero sé que así es el fútbol. Cuando salga de aquí hablaré con mi familia y con mis amigos, que es lo que me preocupa además del Alavés", explicó De la Fuente, que aportó su particular visión de la derrota al asegurar que el Alavés "estuvo en la eliminatoria incluso con diez jugadores, teniendo más llegada que el Albacete". "El gol ha llegado pronto en un error de marcaje en jugada de estrategia y eso ha condicionado el resto del partido", concluyó el entrenador alavesista, cuyo futuro está ahora en el aire, a pesar de que ayer el director deportivo, Dani Barroso, aseguró que el técnico se sentará el domingo en el banquillo de Mendizorroza frente al Amorebieta.
Por su parte, los jugadores albiazules salían de los vestuarios del estadio Carlos Belmonte con rostro apesadumbrado. "Lo hemos tenido ahí, estábamos a un paso de ilusionar a nuestros aficionados y ofrecerles un partido en la siguiente ronda ante un equipo de categoría, pero no ha podido ser. Aun y todo hemos dado garantías de que podemos mejorar y con un poco más de tiempo podríamos afinar mejor las cosas", auguró Jon Moya.