vitoria. La tercera ronda de la presente edición de la Copa del Rey arrojó algunas verdades sobre los equipos con los que el Deportivo Alavés debe jugarse los cuartos de cara al objetivo real de la temporada, que no es otro que lograr el ascenso a Segunda División. Once partidos se disputaban ayer y en varios de ellos se veían implicados rivales directos del conjunto albiazul. Uno, el líder del grupo II, el Mirandés, refrendó en este torneo aledaño lo que viene mostrando domingo tras domingo en la competición liguera.

Los pupilos de Carlos Pouso despacharon con bastante solvencia al Logroñés en Anduva. Aunque esta vez sí recibieron un gol, que dio alas a un equipo riojano que se apoyó en su bulliciosa y desplazada en masa afición, un tanto de Iván Agustín ya en la segunda parte concedió tranquilidad al cuadro burgalés. Una sensación que, en cambio, no puede paladear el Eibar. El conjunto guipuzcoano no atraviesa una buena racha. Y ayer perdió en su campo la ocasión de avanzar en la Copa. Yuri, en el minuto 24, marcó el tanto que propició el pase de una sólida Ponferradina.

En uno de los partidos más atractivos de la jornada, el que enfrentaba a dos de los gallos de Segunda División, el Celta se dio un festín en Balaídos ante el Valladolid. Catalá, Toni, Bermejo y un viejo conocido de la afición alavesista, el canterano gallego Iago Aspas, situaron la goleada en el electrónico. Marquitos, ya en el tramo final, firmó el gol del honor pucelano.