Vitoria. Dice una máxima futbolística atribuida a Jorge Valdano que, cuando un entrenador está en la picota, el presidente únicamente tiene dos alternativas: destituirlo de inmediato o firmar su renovación. Por el momento, el Alavés no se ha decantado por ninguna de ellas, pero la balanza está tan desnivelada hacia la primera opción que solo un milagro podría equilibrarla de nuevo. El pasado domingo en Mendizorroza la grada pidió al unísono la destitución de Luis de la Fuente.

Probablemente, habría que retrotraerse hasta los tiempos de los ínclitos Javier Pereira y José María Cidoncha para encontrar un nexo de unión similar entre los cuatro puntos cardinales del estadio del Paseo de Cervantes, con el agravante de que, en esta ocasión, el público apenas ha tardado un mes y medio en solicitar la cabeza de su entrenador. Donde antes hubo 23 jornadas de por medio, ahora solo han transcurrido siete. Con dos derrotas, otras tantas victorias y tres empates como bagaje, De la Fuente ejerce de funambulista sobre una cuerda prendida ya por uno de sus extremos. La cúpula albiazul, encabezada públicamente por el presidente Avelino Fernández de Quincoces, trabaja ya con una decisión firme sobre la mesa.

Si el próximo domingo el Alavés no es capaz de solventar su duelo en Segovia ante una Gimnástica desahuciada, el club optará por prescindir de los servicios del técnico riojano. En realidad, incluso imponiéndose al que a día de hoy es el penúltimo clasificado del grupo tras enlazar cinco derrotas consecutivas, el puesto del antiguo entrenador del Bilbao Athletic seguirá pendiendo de un hilo hasta el choque de Copa del Rey del día 12 contra el Albacete. Éste, más que el partido del domingo, se anticipa como el principal punto de inflexión en el devenir de los acontecimientos, salvo que el equipo vitoriano protagonice una hecatombe saliendo derrotado del modesto estadio de la Gimnástica Segoviana. Con todo, el hecho de que el próximo duelo en Mendizorroza no tenga lugar hasta dentro de doce días es ahora mismo uno de los escasos puntos a favor con los que puede jugar el entrenador nacido en Haro, cuya actitud el domingo en la rueda de prensa post partido no ha gustado demasiado ni en el entorno ni en algunos sectores del club vitoriano.

Cuestionado sobre los pitos de los aficionados o el excesivo conservadurismo de su ideario futbolístico, De la Fuente prefirió sacar pecho y, aunque sin perder la compostura, lanzó algunos dardos a los que cuestionan sus alineaciones y vaticinó que dentro de unas semanas Mendizorroza acabaría alabando sus planteamientos en cuanto lleguen los resultados. El todavía entrenador albiazul, que desde su aterrizaje en la capital alavesa ha afrontado ésta como la gran oportunidad de su carrera, parece sentirse acorralado -también incomprendido- en sus primeros pasos al frente de un equipo de calado como es el Alavés.

Principal apuesta de la junta directiva, avalada por el director deportivo, Dani Barroso, la realidad es que Luis de la Fuente no ha calado entre la afición. La enemistad es pública y notoria, y el nerviosismo al contemplar la división entre césped y grada se ha apoderado de los rectores llegados del Baskonia. Tras el empate in extremis frente al Zamora, presidente y entrenador charlaron -lo hacen habitualmente en el vestuario al finalizar los encuentros- durante unos minutos.

Tiempo suficiente para que el técnico trasladara a Fernández de Quincoces su disposición a seguir con las mismas ganas al frente de la nave y el dirigente hiciera lo propio animándole a reconducir la situación lo antes posible. Mientras tanto, Josean Querejeta, que contempló el partido y los pitos desde el palco de Mendizorroza, continúa optando por mantenerse al margen -públicamente, no así en la labor diaria- en casi todo lo que luce de blanco y azul. El presidente del Baskonia, que a lo largo de su trayectoria en el cuadro azulgrana nunca le ha temblado el pulso a la hora de deshacerse de entrenadores que no le inspiraban confianza, como Pedro Martínez, Salva Maldonado o el propio Velimir Perasovic, asiste ahora al primer gran contratiempo desde que uniera a los dos principales clubes deportivos de Vitoria. Aunque su principal objetivo sigue siendo resucitar al club alavesista en materia económica, la preocupación por el paupérrimo momento que atraviesa la vertiente futbolera de su proyecto se ha apoderado de la cúpula directiva, compartida en su mayor parte por ambos equipos. Por el momento, la primera decisión pasa por mantener a De la Fuente durante al menos una semana. La segunda, empezar a estudiar posibles alternativas para el banquillo en caso de que los partidos en Segovia y Albacete culminen con la cabeza del técnico servida en bandeja de plata.