Vitoria. La buena fortuna no ha sido compañera de viaje en los últimos sorteos en los que el Deportivo Alavés ha sido protagonista. Si el deseo de cara a la tercera eliminatoria de la Copa del Rey era jugar en Mendizorroza y, a ser posible, ante un oponente teóricamente no demasiado poderoso, el cuadro albiazul se vio ayer con tres palmos de narices. Ni derecho a ejercer de local ni posibilidad de enfrentarse a un rival a priori cómodo. Ni mucho menos. El enfrentamiento contra el Albacete, que se disputará el próximo 12 de octubre en el estadio Carlos Belmonte, es un cóctel plagado de unas circunstancias que son completamente adversas a los intereses del conjunto alavesista. Un partido a domicilio con un viaje ciertamente incómodo y ante uno de los equipos más potentes de la categoría de bronce. Solo el peor enemigo podría haber dibujado tal panorama, aunque todos estos condicionantes no son un obstáculo insalvable para acceder al premio gordo de los rivales europeos.

La suerte no pudo ser más adversa en un sorteo en el que la entidad del Paseo de Cervantes vio salir su bola muy pronto, pero no en el escenario deseado. Como ocurriera en la segunda ronda copera -de la primera estuvo el cuadro albiazul exento, condición que no podía repetir ayer-, el conjunto vitoriano tendrá que afrontar esta eliminatoria a partido único a domicilio. La diferencia reside en que entonces hubo de enfrentarse a un oponente de Tercera División, el UCAM Murcia, mientras que ahora tendrá enfrente a uno de los equipos más potentes de la Segunda División B, el Albacete, que vuelve a militar en una categoría en la que estuvo por última vez en el curso 1989-90 antes de iniciar sus mayores años de esplendor de la mano de Benito Floro, cuando el equipo fue bautizado como el Queso Mecánico.

Pero agua pasada no mueve molino y, al igual que el Alavés, es el manchego un equipo venido a menos en los últimos años que, enclavado en el Grupo I, busca recuperar la categoría que perdió la pasada campaña y regresar así cuanto antes a Segunda División. Con el objetivo prioritario del ascenso, la Copa se toma en Albacete de la misma manera que se hace en Vitoria, como un gran premio deportivo y, sobre todo, económico en el caso de acceder a la cuarta eliminatoria, de la que ambos clubes se encuentran a un solo paso.

El objetivo para todos los clubes de Segunda B que entran en el torneo copero es claro y el particular título para siete de ellos es enfrentarse a uno de los equipos que están clasificados para competiciones europeas. El sistema no permite soñar a los humildes y el premio es recibir a los equipos de Liga de Campeones (Barcelona, Real Madrid, Valencia o Villarreal) o de Liga Europa (Atlético de Madrid, Athletic o un Sevilla ya eliminado que jugó la fase previa) para así hacer una importante taquilla con la que la mayoría de los clubes de la categoría de bronce, sobre todo si el pelotazo es blaugrana o merengue, consiguen cuadrar las cuentas de toda una temporada.

otro largo viaje Ese importante ingreso económico es el que también busca un Alavés que no podrá conseguirlo a través de una taquilla en Mendizorroza en esta tercera ronda. Como ya ocurriera en la segunda eliminatoria, en la que tuvo que viajar hasta Murcia, el cuadro albiazul tendrá que afrontar un largo desplazamiento -algo más de seiscientos kilómetros por carretera- para afrontar el partido en el estadio Carlos Belmonte en el que, curiosamente, el cuadro albiazul disputó su último partido en Segunda División.

Eso sí, al contrario que en esa segunda eliminatoria en la que el cuadro vitoriano se encontró con un rival de Tercera División, en esta nueva ronda el conjunto vitoriano se enfrentará a uno de los equipos más potentes de su categoría. El Albacete, que ha alcanzado la tercera eliminatoria tras haber quedado exento en la primera y después de haber eliminado al Jaén en casa en la segunda, tiene el ascenso como objetivo prioritario y es uno de los claros aspirantes al play off dentro de un poderoso Grupo I.

El problema para el remozado equipo del debutante en el banquillo Antonio Gómez es que sus rivales en dicho lote son muy potentes. Lo demuestra el hecho de que habiendo sumado los mismos puntos que el Alavés en los cuatro compromisos ligueros, siete cada uno con victorias ante Getafe y Montañeros, empate ante el Castilla y derrota frente al Tenerife en el caso albaceteño, el conjunto albiazul marcha tercero, mientras que el manchego es octavo.

La figura más destacada de este nuevo Albacete es el delantero Antonio Calle, con una amplia experiencia goleadora en Segunda División a sus espaldas y que en estos momentos es el máximo realizador manchego con tres dianas en su casillero. Todo un reto para un Alavés que no tuvo el sorteo soñado, pero que, pese a ello, se jugará el todo por el todo en busca del premio gordo de la cuarta eliminatoria.