DESPUÉS del primer partido en Mendizorroza, todavía es difícil para el aficionado reconocer a los jugadores. Demasiadas caras nuevas que asociar a un nombre. O a un apellido. En este caso, uno sirve para nombrar a dos, aunque ahí suele surgir la pregunta. ¿Qué Rubio?, ¿El lateral o el centrocampista? Óscar Rubio es el lateral, Javi juega delante, en la posición de enganche. Dos futbolistas que comparten el apellido y varias cosas más. Nacieron en el mismo año, tienen gustos parecidos y han hecho buenas migas más allá de su relación en el campo. "La verdad es que hemos conectado bien. Quedamos mucho después de entrenar y nuestras mujeres también han congeniado muy bien y así se hace más fácil", explica Óscar.

Ambos son de los jugadores que han iniciado como titulares los dos partidos. "Óscar es el correcaminos, un pulmón por la banda que ya está demostrado que sube bien y es rápido en defensa. Al principio le cuesta hablar pero es una gran persona". "A Javi en cambio le gusta mucho hablar, no calla. Es un tío muy abierto que siempre intenta ayudar. En el campo nos puede aportar muchas cosas en esa posición de enlace, sobre todo último pase. También es un jugador con mucha llegada y va a terminar la temporada con varios goles", se definen mutuamente.

Su fichaje por el Alavés supuso para los dos un cambio de ciudad. Además, dejan su hogar relativamente lejos. Javi, valenciano, procede del Ontinyent, por lo que la distancia es significativa. "He tenido tiempo ya de disfrutar de Vitoria. Me ha sorprendido, aunque ya me habían contado que era una ciudad muy bonita. La zona del centro está muy bien y Zabalgana, que es donde vivimos nosotros, es muy tranquilo y bastante nuevo", relata. Óscar destaca las dimensiones, a su gusto, donde "pilla todo muy a mano". Se confiesa que no es muy de ciudades grandes. Uno de los peros que ponen a Vitoria, el precio de los alquileres. "La verdad es que tuvimos que mirar bien a la hora de elegir el piso porque los precios son un poco más caros que en otras zonas de España", matiza el lateral.

Una de las pasiones de los dos dentro del mundo del deporte es el baloncesto. "Yo ni por altura ni por mano lo puedo jugar, pero me encanta verlo", cuenta Javi. A Óscar también le gusta la canasta y espera aprovechar su estancia en Vitoria "para ver al Caja Laboral y disfrutar de la Euroliga". Esta unión de los Rubio en el Alavés también ha podido cimentar lo que puede convertirse en nueva pareja de pádel. "En verano intento disfrutarlo todo lo que puedo, porque me parece un juego muy completo", cuenta Javi "Es un deporte que con poco que juegues le pillas el truco y puedes echar buenos partidos", añade Óscar.

A diferencia de otros compañeros, inseparables del mando de la Playstation, los Rubio no son nada viciados. "Sólo a la PSP en los viajes, para aligerarlos. En casa paso más el rato con el ordenador, el Ipad...", apunta Javi. "Yo antes si que estaba bastante enganchado. Creo que cumplí mi cupo en la infancia", confiesa Óscar. "Ahora como mucho a la Wii, que para jugar un rato con familiares o amigos está bien".

Futuro Tanto uno como otro están ante una temporada importante en su carrera como futbolistas. A los 27 años, han recalado en un club con un proyecto ilusionante, que desde el primer día les ha cautivado, y los dos están resueltos a poner su granito de arena para que su andadura en el Deportivo Alavés sea inolvidable. "El debut en Mendi fue algo muy especial. Es un estadio de Primera División, con una afición volcada en todo momento. Más no se les puede pedir. En pocos equipos de esta categoría tendrás las instalaciones, la ciudad deportiva y, por supuesto, Mendizorroza. Jugar ahí cada dos semanas es un regalo para el futbolista. Ahora nos toca dejarnos la piel", relata Javi. "Hay gente que además te reconoce por la calle y es muy bonito", añade Óscar.

La historia de los Rubio en Vitoria apenas ha comenzado. Deportivamente, quedan casi diez meses de competición en los que habrá de todo. En sus primeras semanas, casi todo ha sido bueno. Un buen inicio, importancia a nivel individual y otro Rubio, que no es familia, pero es amigo.