Era el de ayer un día de estrenos para el Deportivo Alavés, pero sin duda el más destacado de todos ellos fue el debut con la camiseta del primer equipo del joven Alex Vallejo. Nueva temporada, nueva directiva, nuevo proyecto, nueva dirección deportiva, nuevo entrenador, una plantilla nueva casi al completo, nueva equipación... Todo recién estrenado, pero con la figura del canterano sobresaliendo por encima del resto de novedades. Una noticia para alegrarse porque la factoría de Ibaia sigue dando sus frutos y ayer fue un escenario colosal como el Reyno de Navarra el que vio debutar en competición liguera a una de las más firmes promesas gestadas en las categorías inferiores del Glorioso. Eso sí, en lo personal no fue un estreno alegre porque un fallo en un despeje en el minuto 16 propició un penalti que puso a Osasuna por delante y que le condenó al banquillo al ser relevado en el 24 por Lázaro. Una nueva experiencia, al final más agria que dulce, de la que tiene que aprender el vitoriano. Una lección para el futuro.
Cierto es que no se trataba del debut en compromiso oficial de Vallejo con el primer equipo porque este se produjo el 24 de noviembre de 2010 en Mendizorroza en el partido de Copa Federación contra la Arandina, pero no es menos cierto que una y otra cita no se asemejan en nada más que en que ambas era partidos de fútbol. Lejos del premio a su labor en los entrenamientos durante la pasada campaña, la oportunidad que ayer le brindó Luis de la Fuente fue una clara apuesta por el joven vitoriano, al que le tocó asumir la responsabilidad en el doble pivote al lado de Indiano. En los primeros minutos, su tendencia a sacar siempre el balón jugado le dio buenos réditos al equipo, pero a partir de su error en un despeje que propició el penalti perdió su habitual templanza y De la Fuente decidió recluirle en el banquillo.
De esta manera, la alegría del debut con la camiseta del Alavés quedó eclipsada por la amargura de haber cometido un error de gravedad que perjudicó a su equipo. Es lo que tiene la juventud y será la experiencia, la que se coge disputando más partidos de este nivel, la que le otorgue confianza y seguridad y le permita distinguir entre las acciones en la que es posible darle un buen trato al balón y en otras en las que el patadón rápido es la única solución factible.
Cabe esperar que el fallo cometido ayer por Vallejo no suponga una condena perpetua en el futuro más inmediato. De los errores se aprende y el vitoriano demostró en los primeros minutos, con una salida de balón siempre inteligente y rápido en el corte, que tiene capacidad para jugar en este equipo.