VITORIA. También en el fútbol, corren malos tiempos para los idealistas. Se impone el negocio y quedan obstruidas las vías más románticas. La pasada semana, se conocía el caso de Javi Poves, defensa del Sporting B que dejaba un mundo "prostituido" para comulgar con unos ideales alejados de lo que ha visto en el fútbol profesional. "Cuando era pequeño, jugaba por amor al deporte, pero cuanto más conoces el fútbol más te das cuenta de que todo es dinero, de que está podrido, y se te quita un poco la ilusión", explicaba el jugador meses antes de su prematura retirada, cobijada bajo unos ideales, a los 24 años.
El de Poves es un caso atípico. El de un revolucionario nacido a destiempo al que se puede confundir fácilmente con un antisistema que se alinea en la dirección contraria como respuesta a muchos complejos que no ha logrado superar. Pero un tipo consecuente con sus ideas al fin y al cabo. Alguien que no creyó en la pureza del fútbol. Algo que, en su momento, intentó proteger el alavesista Pablo Gallardo. "Esto desprestigia a este gran deporte, además de jugar con el esfuerzo de muchas personas", reflexionaba en Twitter en la penúltima jornada del curso pasado.
Cada final de temporada, las especulaciones sobre las primas a terceros y los intereses económicos asociados a la permanencia en la categoría conducen a la proliferación de debates sobre la transparencia de la competición en sus capítulos finales. Pocos se han atrevido a denunciar alguna irregularidad y nunca se ha llegado a tomar ninguna medida retroactiva. Gallardo, nuevo central del Alavés, sí que alzó su voz vía twitter al final del pasado curso, cuando defendía la camiseta del Recreativo de Huelva, ante una situación que consideró, cuanto menos, extraña. "Un árbitro no puede reunir a los capitanes antes del partido y decirle al nuestro que juguemos tranquilos porque no nos jugamos nada y que ellos si se jugaban mucho. Que todo vaya por su cauce. Después hubo una expulsión, un gol anulado. ¿Tendrá algo que ver todo esto? De vergüenza", escribió el andaluz.
El 'Recre', sin nada en juego En aquel partido, su equipo visitaba a un Villarreal B en plena lucha por la permanencia. El Recre se dejaba llevar en tierra de nadie hacia el final de una temporada de sinsabores. "Nos fastidia porque si sabemos eso nos quedamos en casa y no jugamos. Hay que respetar la profesionalidad de este deporte", añadía el canterano sevillista en la red social. Sus declaraciones no tuvieron gran recorrido en los medios nacionales, pero sí en los rivales del Villareal B, que finalmente logró salvar la categoría. "Hay que pensar que tres equipos y tres ciudades más estaban implicados en el descenso", manifestaba Gallardo.
La iniciativa tomada por el zaguero albiazul no deja de ser una anécdota. Pero una anécdota valiente al fin y al cabo. La de alguien que, al contrario que Javi Poves, sigue creyendo en el fútbol y en sus profesionales. Un romántico.