Vitoria. El pasado 18 de julio el Deportivo Alavés estaba en cuadro. El conjunto albiazul comenzaba entonces la pretemporada con tan sólo diez jugadores del primer equipo y casi otros tantos del filial. Pese al escaso número de efectivos, los encargados de confeccionar la plantilla lanzaron un mensaje de tranquilidad. Desde la secretaría técnica se trasladó que había tiempo suficiente para formar el bloque y que los refuerzos no tardarían en llegar.

Dicho y hecho. No han pasado ni tres semanas desde que el nuevo proyecto echase a rodar y el bloque ya está formado a expensas de un último retoque, un interior sub'23 que ponga la guinda al proyecto. Por lo demás, el esqueleto albiazul ya tiene forma definida. Este nuevo Alavés se ha gestado con suma celeridad además. Y es que los fichajes han llegado en cascada.

Buena prueba de ello es que para la primera semana el cuadro babazorro ya había cerrado la friolera de ocho contrataciones. La media superaba el refuerzo diario con las llegadas de Prieto, Quintanilla, Azkorra, Sendoa Agirre, Denis Nájera, Lázaro, Rangel y Gallardo para el 21 de julio. Pese al frenesí inicial, no paró ahí el ímpetu del director deportivo y su equipo de trabajo. La pasada semana se produjo el trueque de Malón por Dani López al Numancia y la llegada del lateral derecho Óscar Rubio, quien remplazaría la vacante dejada por el valenciano, con lo que la lista de fichajes ascendía a diez. Barroso seguía con un ritmo de trabajo constante.

CASI TODOS PRIMERAS OPCIONES Ya en esta semana, la marcha de las incorporaciones ha seguido por la misma línea y el Alavés se ha hecho con los servicios del central sub'23 Aridane Hernández y al medio organizador Javi Rubio, el único que no era la primera opción buscada, ya que en principio el elegido era Mario Rosas, quien finalmente declinó la oferta albiazul al no llegar a un acuerdo económico.

En su lugar ha llegado el valenciano Rubio. El último de momento. El duodécimo fichaje en sólo dieciocho días. Rápido. Muy rápido. Así ha formado el Alavés el bloque con el que competirá en el curso 2011-12. Esta celeridad permitirá a Luis de la Fuente disponer de más de dos semanas para ensamblar sus piezas de cara al exigente inicio de Liga.

Unas piezas que el cuerpo técnico y la dirección deportiva conocen muy bien, ya que la mayoría de los fichajes proceden de la zona levantina y del Castellón, donde fue secretario técnico Dani Barroso, y también de Lezama, desde donde han recalado Luis de la Fuente y Gonzalo Abando. Prieto, Quintanilla, Azkorra y Sendoa tienen pasado rojiblanco. Este último además, coincidió en el Alicante con Dani Barroso, el otro área desde donde se ha surtido el Alavés. Así por ejemplo, Lázaro, Nájera y Rangel vienen directos desde el Castellón, donde Barroso permaneció los últimos cinco años como director deportivo.

De la cona levantina también ha llegado Javi Rubio, que los dos últimos ejercicios militó en el Ontinyent, mientras que los otros cuatro no tienen un punto en común con Barroso, ya que Dani López recaló desde el Numancia, Óscar Rubio del Dinamo de Bucarest, Gallardo del Recreativo de Huelva y el joven Aridane Hernández del Ceuta.