vitoria. Presidente contra su voluntad. Ese podría ser perfectamente el resumen de la llegada de Avelino Fernández de Quincoces al despacho presidencial de Mendizorroza. Y es que el nuevo máximo responsable del Deportivo Alavés ha tratado por todos los medios de evitar una designación con la que no se encuentra especialmente cómodo. Sin embargo, la insistencia inquebrantable de su amigo y superior Josean Querejeta le ha llevado a un callejón sin salida en el que no tenía otra opción que aceptar.
Los motivos que le empujaban a rechazar esta responsabilidad eran múltiples y no exentos de peso. Por un lado, Fernández de Quincoces es un brillante gestor especialista en trabajar en la sombra y desarrollar proyectos de enorme calado. Por eso, la inevitable y grande exposición pública que supone ser la cabeza visible del Glorioso le supone un notable inconveniente. Por otro lado, su relación con el mundo del fútbol es totalmente inexistente y ese desconocimiento del medio también le provacaba recelos.
Sin embargo, nada de eso ha servido para convencer a Josean Querejeta, del que es fiel colaborador desde hace muchos años. Además, el perfil político del nuevo presidente albiazul le ha llevado a desempeñar diferentes cargos públicos, especialmente relacionados con el área de urbanismo. En cualquier caso, Avelino se toma este paréntesis como una etapa pasajera y ayer mismo, en su estreno, se puso fecha de caducidad. "Vengo a hacer un trabajo y en cuanto lo haya realizado me iré, no quiero ser el presidente del Alavés", se prometió a sí mismo en voz alta.