Lugo. Los jugadores del Alavés abandonaron el Anxo Carro empapados en lágrimas. Incluso veteranos de guerra como Ander Alaña u Óscar Martínez, entre otros muchos, salían del vestuario visiblemente emocionados, algunos a lágrima viva. El mismo Tomé, que por decimosegunda vez en su carrera vuelve a quedarse sin ascender pese a disputar el play off, parecía expresarse como si lo ocurrido ayer en Lugo fuera el primer gran palo de su trayectoria. "Teníamos muchísima ilusión, pero sólo puede pasar uno. Me he visto muchas veces en esta situación pero prefiero no ponerme a pensar. El equipo y la afición se han llevado un palo que no nos merecemos", lamentó el entrenador albiazul, que volvió a cargar contra los árbitros como ha hecho en otras ocasiones a lo largo de la ya extinta temporada.
"No son malas decisiones hechas a propósito, pero el árbitro era veterano y no sé qué tipo de miedo ha podido tener. El penalti a Geni, por ejemplo, lo han visto desde Ferrol", apuntó el preparador alavesista, que mostró su total disposición a continuar en Vitoria la próxima temporada. "Me gustaría seguir pero no está en mi mano renovar. Aunque ahora sólo puedo pensar en el palo que hemos sufrido", admitió Álvarez Tomé antes de incidir en que "en el cómputo global de la eliminatoria el Alavés fue mejor". "Sus dos goles han sido dos buenas acciones, pero el resto del tiempo Dituro ha sido un espectador y su portero, Escalona, ha hecho un gran partido. Sólo puedo felicitar a mis jugadores por su trabajo y esfuerzo, y a nuestra afición por su apoyo en momentos difíciles. Estamos hundidos, pero nos pondremos las pilas y saldremos adelante", aseveró.
Por su parte, un Ander Alaña al que las lágrimas impedían expresarse no pudo más que mostrar su decepción por lo ocurrido. "Hemos dado la cara. Duele por nosotros y por la afición. Es una pena, pero hay que seguir", recordó el jugador albiazul, acompañado en su pesar por Óscar Martínez. "Cuando hemos metido el gol sabíamos que el empate nos valía. Después de lo del año pasado con el Pontevedra ha sido un golpe muy amargo", lamentó el gallego, batallador ayer durante la segunda parte. Finalmente, Jules Pardo, golpeado por la emoción que reinó en el vestuario, admitió que "la afición se merece mucho más de lo que le hemos dado".