Vitoria. La fórmula de rescate del Deportivo Alavés propuesta el pasado martes por el que a partir de mañana será alcalde de Vitoria, Javier Maroto, comienza a presentar más dudas que certidumbres ante la dificultades que plantea que el Ayuntamiento, o cualquiera de sus empresas municipales, se convierta en avalista de una Sociedad Anónima Deportiva como es la entidad del Paseo de Cervantes. Los servicios jurídicos del Consistorio se encuentran estudiando a fondo toda la legislación existente para encontrar la mejor solución posible y que el Ayuntamiento, a través seguramente de una empresa municipal creada para tal fin, se convierta en avalista del Alavés.

La Norma Municipal de Ejecución Presupuestaria marca los límites que tiene el Consistorio vitoriano para convertirse en avalista de las sociedades mercantiles. Para prestar dichas garantías, el Ayuntamiento tiene que contar con una cuota de participación en el capital social de la empresa superior al 30% -situación que no se da en estos momentos en el Alavés- y el aval concedido tampoco podrá servir para garantizar un porcentaje de crédito superior al de su participación en el capital social.

El grupo de trabajo del inminente nuevo alcalde trabaja en estos momentos para intentar salvar este inconveniente. La idea es crear una nueva sociedad municipal (de las existentes actualmente sólo Ensanche XXI y Tuvisa podrían ejercer de avalistas siempre y cuando se cambien antes sus estatutos) con la intención exclusiva de actuar como garante de los 800.000 euros que quedarían pendientes tras ofrecerse el grupo inversor a avalar la mitad del crédito y al descontar Caja Vital los primeros 200.000 euros con el primer pago de Álava Agencia de Desarrollo por el alquiler de Izarra.

Estas dudas que han surgido desde el anuncio realizado por el futuro alcalde chocan frontalmente con la actitud mostrada el pasado martes por Caja Vital, cuando, pocas horas después de hacer públicas Maroto sus intenciones, avanzó que "el asunto comienza a tener viabilidad" a pesar de no conocer con exactitud la fórmula elegida por el Ayuntamiento para ejercer de avalista de los 800.000 euros.

Y es que, anteriormente, la entidad financiera, a través de sus técnicos de riesgos, había descartado una detrás de otra todas las propuestas que pusieron sobre la mesa los inversores y los responsables forales implicados en esta negociación. La última propuesta, también rechazada, pasaba por un aval personal de la mitad del crédito por parte del grupo inversor, mientras que para asegurar la otra mitad se ofrecía como aval las instalaciones de Ibaia y el endoso por parte del Alavés de los 200.000 euros anuales procedentes del alquiler de Izarra por parte de Álava Agencia de Desarrollo.

Los técnicos de Caja Vital descartaron también esta última propuesta al considerar que existían riesgos para cobrar con el endoso del contrato de Álava Agencia de Desarrollo, la Diputación se comprometió a cambiar la norma foral que permite ejercer la opción del cobro de las posibles deudas tributarias a través de sus empresas públicas.

Después de esta negativa, la postura de Caja Vital tras el anuncio de Maroto fue totalmente distinta, así que ahora solo cabe esperar que los servicios jurídicos municipales encuentren una solución para que el Consistorio pueda ejercer de avalista -de manera temporal hasta el cambio de la norma foral señalada-, una operación que tiene que contar con el respaldo de la Diputación, que tiene la tutela financiera sobre el Ayuntamiento. Posteriormente, habría que unir este aval al pacto anteriormente suscrito por Partido Nacionalista Vasco y Partido Socialista de Euskadi, al que le sigue faltando la rúbrica del Partido Popular, para ofrecer al grupo inversor el paquete completo reclamado para su desembarco en el Alavés.