vitoria. El espectáculo que pudo presenciarse poco después de las tres de la tarde de ayer en Mendizorroza recordó a algunos de los episodios más tristemente célebres de épocas pasadas en el Deportivo Alavés con el principal responsable de su actual situación, Dmitry Piterman, al frente del club. Y es que la conclusión de la reunión entre los representantes de la entidad albiazul y los del Baskonia deparó un frenesí de movimientos con un único fin, evitar a toda costa que las cámaras captaran la salida del estadio de los protagonistas de la cita.
De esta manera, muy lejos de optar por tomar el habitual camino hacia la puerta de acceso a las oficinas de la entidad, tanto los alavesistas como los azulgranas se las ingeniaron para buscar rutas alternativas a cual más peregrina. Algo que no deja de sorprender toda vez que apenas unos minutos antes habían hecho público el comunicado en el que anunciaban su acuerdo para la capitalización y el traspaso de poderes. Los primeros en abandonar Mendizorroza fueron Juan José Seoane y Manu Mendi (abogado y contable del Baskonia respectivamente), que se escabulleron por una de las puertas de acceso al terreno de juego que dan al aparcamiento sin atender los requerimientos de los medios de comunicación. Algo similar ocurrió minutos después con el futuro presidente Avelino Fernández de Quincoces, que también consiguió escabullirse de la presencia de los informadores.
La otra parte de la mesa de negociación optó por una solución más sofisticada. Así, recurrieron a uno de los vehículos de su empresa de transportes para que acudiera a rescatarles La furgoneta, con los cristales completamente tintados, fue introducida por el chófer por uno de los accesos no habituales al parking de los jugadores -evitando de esta manera que pudiera ser captado el momento en el que se introducían en ella los pasajeros- y abandonó el terreno de juego con Alfredo y Vanessa Ruiz de Gauna, Guillermo Asarta y Cecilia Maysounave a bordo.
A todo esto, durante las tres horas largas durante las que se prolongó la reunión, el director en la sombra de toda la operación, Josean Querejeta, pasó varias veces con su vehículo por el Paseo de Cervantes vigilando desde la distancia el discurrir de las negociaciones.