Vitoria. A las doce de la noche de ayer concluyó la prórroga concedida por el grupo inversor liderado por Josean Querejeta sin que se despejara la incertidumbre que rodea a la decisión definitiva que tomará la que es la única opción factible de capitalizar el Deportivo Alavés. La ambigüedad del comunicado enviado el pasado sábado, mediante el que se prorrogaba hasta ayer el depósito de 2,5 millones de euros realizado ante notario, deja espacio a la duda. ¿Se retirará el Baskonia del proceso definitivamente como deja entrever en su último comunicado o concederá un poco más de tiempo en busca de una solución definitiva que parece cercana a pesar de que su depósito ante notario haya caducado? Toca esperar para saber cuál es la postura oficial del grupo inversor, pero todo hace indicar que no tirará la toalla cuando ya casi ha alcanzado la orilla.

La esperanza que alberga el alavesismo en la posibilidad de que los inversores mantengan su apuesta a pesar de haber caducado ayer el plazo concedido se sustenta en los últimos movimientos que los responsables políticos han realizado con los mandatarios de la entidad financiera en los últimos días.

Se han buscado soluciones y se han acercado posturas para que el crédito se materialice de forma definitiva a lo largo de la próxima semana y los implicados en estas negociaciones se muestran confiados de que Caja Vital varíe la postura expresada hasta la fecha y proceda a la concesión de un crédito que el grupo inversor considera pieza indispensable para proceder a la capitalización del club.

Fuentes consultadas por este periódico dan por hecho que la próxima semana se producirá la respuesta positiva de Caja Vital a la petición de crédito -el obstáculo hasta ahora radicaba en unos avales que no pasaban el examen de los técnicos de riesgos- y ahora sólo cabe esperar para ver si estas certidumbres son suficientes para que el grupo liderado por Josean Querejeta no desista de su intención de capitalizar el Alavés. Ese deseo se hizo patente mediante el depósito ante notario que expiró ayer, pero el hecho de alcanzar esa fecha límite tampoco es un indicio suficiente como para asegurar que el Baskonia desiste definitivamente de sus intenciones de capitalizar la entidad del Paseo de Cervantes.

Desde las oficinas del Buesa Arena se remitían ayer al comunicado del pasado sábado, sin explicitar cuál será la postura exacta que se tomará a partir de ahora. Porque, aunque se retire el depósito de 2,5 millones ante notario la intención de capitalizar puede seguir viva, más aún después de los últimos movimientos producidos que, al parecer, van a permitir desbloquear la concesión del crédito en un exiguo plazo temporal.

Por otra parte, los colectivos alavesistas Sentimiento Albiazul, Accionistas Albiazules, Asiste o Delega y Alavés Gare solicitaron ayer una reunión a la directiva para pedirle una respuesta inmediata a la propuesta realizada por Querejeta para el cobro de su deuda. Pretende la masa social que el presidente deje clara su posición hoy mismo, que declare abiertamente si acepta o no el pago en dos plazos de 250.000 euros para saldar su deuda. Se pretende que este cabo quede atado definitivamente en las próximas horas para que el último paso que quede por dar sea la concesión del crédito por parte de Caja Vital a lo largo de la próxima semana.

Lo que queda claro es que la capitalización del Alavés se ha convertido ya en una verdadera carrera contra el reloj. El hecho de que los plazos hayan caducado uno detrás de otro sin que aparentemente nada haya pasado han conducido a la entidad del Paseo de Cervantes hacia un punto de no retorno que tiene como fecha límite el próximo martes 17 de mayo.

Desde el grupo inversor siempre se ha contemplado el 17 de mayo como la fecha límite para proceder a la capitalización. Ese día está fijado en el Palacio de Justicia un juicio en el que un grupo de exjugadores y extécnicos reclama el incumplimiento del convenio de acreedores. La cita se ha aplazado ya en dos ocasiones y esta vez la única solución posible solo puede tener forma de billetes.

Los acreedores no están dispuestos a conceder un nuevo aplazamiento si no tienen la certeza de que van a recibir el dinero que se les adeuda en un breve espacio de tiempo y la única forma de conseguir recursos económicos es a través de la capitalización.

Si todo marcha como está previsto, la entrada del grupo inversor servirá para zanjar las deudas y asegurar la supervivencia.