vitoria. La relación entre la familia Ruiz de Gauna y el grupo inversor liderado por Saski Baskonia está condenada al entendimiento por el bien del Deportivo Alavés y así parecen haberlo entendido ambas partes. Los dos son conscientes de que por el interés de la institución y por el suyo propio lo mejor es alcanzar un acuerdo que permita poner punto final cuanto antes a la peligrosa indefinición actual y llevar a cabo una transición más o menos amistosa.

De esta manera, se podría llevar a cabo un traspaso de poderes menos traumático y mucho más eficaz para hacer frente a los numerosos, importantes e inminentes problemas que amenazan el futuro del Glorioso.

Para tratar de avanzar por esta senda, en la mañana de ayer se produjo una primera reunión entre ambas partes en la que Avelino Fernández de Quincoces ejerció de principal interlocutor por parte de Saski Baskonia. Junto a él acudieron también a la cita en la sede de Autobuses Betoño -empresa propiedad de Alfredo Ruiz de Gauna- otros representantes del grupo que pretende tomar el control del Deportivo Alavés que fueron recibidos por los máximos responsables actualmente de la entidad albiazul.

Sobre la mesa de negociación estuvo la solicitud por parte de Saski Baskonia de información adicional sobre la situación económica de la entidad -la familia Ruiz de Gauna ya puso a su disposición días atrás todos los datos que obran en poder del auditor de las cuentas- y, evidentemente, los términos del posible acuerdo que pueda propiciar un proceso de salida y entrada amistoso.

En este sentido, ambas partes acercaron posturas y próximamente se producirán nuevas reuniones que, si nada se tuerce, deberían desembocar en un acuerdo. Los principales puntos de la negociación serán el medio millón de euros que el club adeuda a Ruiz de Gauna y el dinero que éste invirtió en su momento en acciones.