dÍAS de mucho, vísperas de nada. El atracón goleador que el Deportivo Alavés se dio la semana pasada en su enfrentamiento contra la Peña Sport vino ayer seguido de un ayuno anotador que se viene repitiendo ya de manera sistemática cuando el cuadro albiazul tiene que subirse al autobús. La bajada de rendimiento a domicilio en la última fase de la temporada tiene su germen en esta evidente falta de efectividad de cara a la portería rival. Tres jornadas consecutivas acumula ya el conjunto vitoriano sin marcar cuando le toca actuar como visitante. Un gol en los últimos cuatro desplazamientos, si se amplia un poco más el horizonte. Bagaje realizador completamente insuficiente y que, como mucho, permite sumar de uno en uno. Así lo demuestran las cifras, que reflejan bien a las claras el deterioro del Glorioso en sus últimos compromisos lejos de Mendizorroza, en los que presenta un bagaje de dos puntos de doce posibles.

La efectividad como visitante había sido una de las principales características de este Alavés a lo largo de toda la temporada hasta que se vio sumido en el bache en el que en estos momentos se encuentra sin ser capaz de encontrar el modo de abandonarlo. Desplazamiento y victoria se habían convertido en sinónimos para un conjunto albiazul dotado de una pegada demoledora como principal virtud de un juego que se acoplaba mucho mejor a los partidos de fuera que a los que había que disputar en Mendizorroza.

Basta con recurrir a los datos para darse cuenta de que algo ha cambiado, para mal, en el rendimiento del Glorioso cuando le toca actuar lejos de sus dominios. En sus catorce primeros compromisos como visitante, todos los disputados hasta el partido contra el Mirandés en Anduva, el conjunto abiazul consiguió marcar al menos un gol. La cosecha, veintiocho puntos de cuarenta y dos posibles con veinticinco dianas a favor (una media de 1,79 goles por partido). En cambio, en las últimas visitas a Mirandés, Oviedo y Bilbao Athletic el Alavés se ha quedado a cero durante tres partidos a domicilio consecutivos, una situación completamente novedosa y que ha roto con la sensacional tendencia anterior.

Hay que tener en cuenta que los rivales de estos tres últimos desplazamientos han sido ciertamente complicados y destacan todos ellos por su fortaleza defensiva, pero no es menos cierto que el Alavés ha disfrutado de oportunidades claras con la única excepción del partido de Anduva que fue muy plano.

En el Carlos Tartiere ovetense fue Óscar Rico quien disfrutó de la mejor ocasión del partido y ayer hasta en cuatro ocasiones tuvo El Glorioso la oportunidad de desequilibrar el partido a su favor con alguno de esos remates u ocasiones que se acabaron marrando. Efectividad perdida a domicilio que hay que recuperar cuanto antes.