Efectividad. Esa había sido una de las principales señas de identidad del Deportivo Alavés a lo largo de buena parte de la temporada. Su facilidad para perforar la meta rival había reportado grandes beneficios a un equipo marcado por sus problemas para dejar imbatida la portería propia. Esta mancha en el expediente quedaba eclipsada por la ingente cantidad de goles conseguida por un cuadro albiazul que en sus últimos partidos ha visto secarse su torrente anotador a la vez que se extendía su incapacidad para poner freno a su hemorragia defensiva. Las dianas a favor desequilibraban anteriormente la balanza en favor del conjunto vitoriano, pero perdida la efectividad el platillo albiazul es el que se encuentra ahora en una posición de desventaja.
Los problemas que está teniendo el equipo de Miguel Ángel Álvarez Tomé para marcar en sus últimos compromisos son evidentes. Solo hay que remitirse a los números para encontrar la evidencia de que el cuadro vitoriano ha perdido el particular idilio que mantenía con el gol. Cinco dianas en sus seis últimos compromisos, saldados con una victoria, dos empates y tres derrotas, han sido medios insuficientes para seguir sumando al mismo ritmo mantenido anteriormente. Es más, hasta en tres de esos compromisos (Gimnástica, Mirandés y Oviedo) se ha quedado en blanco un conjunto albiazul al que este hecho solo le había ocurrido una vez (Cultural Leonesa) en los veinticuatro partidos precedentes.
Y es que, hasta esa visita al Logroñés en la que el Alavés pareció agotar toda su suerte, los números que firmaba el cuadro vitoriano eran simplemente espectaculares. Tras ese compromiso saldado con victoria en Las Gaunas, el equipo de Álvarez Tomé acumulaba 43 goles a favor (ahora lleva 48). Una media de 1,8 dianas por partido, balance que ahora ha quedado reducido hasta los 0,8 tantos que promedia el conjunto alavesista en sus seis últimos compromisos. Y eso teniendo en cuenta los dos goles marcados en la victoria contra el Sporting B.
El problema para el Alavés es que, perdida una de sus principales virtudes, no ha sido capaz de corregir los errores que venía arrastrando y que hasta hace bien poco quedaban maquillados detrás de los goles.
Uno de ellos, el principal, es el referido a la facilidad que tienen los rivales para batir a los guardametas albiazules. No falla mucho la defensa albiazul, pero cuando lo hace es con gravedad y de ello se aprovechan los oponentes para conseguir unos goles que ahora sí están siendo decisivos.
El Alavés es el octavo equipo más goleado del grupo (32 tantos en contra), pero el principal problema es que en casi todos sus partidos encaja un gol, situación que le ha obligado habitualmente a marcar por partida doble para sumar de tres en tres. Solo en siete de sus treinta comparecencias ha conseguido el cuadro albiazul dejar imbatida su portería, ganando cinco partidos y empatando los otros dos.
Así, El Glorioso tiene ante sí el reto de recuperar su principal virtud a la vez que sigue trabajando por conseguir que desaparezcan sus clamorosos fallos defensivos, errores que en las últimas semanas están saliendo todavía más caros por culpa de la falta de efectividad de cara a la portería rival. Llega la fase decisiva de la temporada y el Alavés va a necesitar de sus mejores argumentos, tanto en ataque como en defensa, para recuperar el liderato del grupo.