Oviedo. Nadie dijo que iba a ser fácil. En apenas siete palabras se puede definir la situación que vive un Deportivo Alavés que tiene que esforzarse por levantar la cabeza y los ánimos si no quiere verse consumido de manera prematura por sus propios despropósitos. Un equipo campeón, y este aspira a serlo, no puede permitirse semana sí semana también cometer errores propios de infantiles y este Glorioso deja en cada comparecencia un fallo impropio de un conjunto con sus aspiraciones. Esas graves imprecisiones han sido la grieta por la que tantos puntos se han escapado ya y van a convertir el tramo final de la temporada en un auténtico camino de espinas porque la derrota deja al cuadro vitoriano en la tercera posición del grupo a tres puntos de distancia del líder Eibar y con el Mirandés de por medio en la segunda plaza.
Lo de los errores garrafales defensivos de este equipo no tiene nombre y, si hay que remitirse a los hechos, parece que tampoco solución. De algo tan simple como un desplazamiento de balón largo desde la zona defensiva del Oviedo nació el gol de Manu Busto, quien supo aprovecharse de la falta de entendimiento entre Morcillo y Dituro, con una salida errática del guardameta en busca del balón, para poner por delante a un cuadro carbayón que no iba a variar su idea futbolística ni un ápice una vez conseguida la ventaja.
Tras esa perjudicial concesión, se vio obligado a cambiar el guión el propio Alavés, que tampoco parecía decidido a apostar por algo más que los balones largos a la cabeza de Geni, recurso demasiado habitual esta temporada cuando no se sabe qué hacer. La lucha contra viento y marea del capitán, vilipendiado en su antigua casa, comenzó a dar sus frutos con balones abiertos a las bandas, sobre todo a una izquierda en la que destacó Óscar Rico con sus peligrosas llegadas.
Precisamente en las botas del ilicitano estuvo el empate en la mejor jugada albiazul de la primera parte tras un gran pase de Óscar Martínez, pero Aulestia demostró su categoría bajo palos con una parada sensacional que evitaba que el equilibrio que reflejaba el fútbol de ambos contendientes se reflejase también en el marcador.
desconcierto total Arrancó el cuadro albiazul la segunda parte con esa misma idea de seguir percutiendo en la defensa ovetense, sobre todo a través de la banda izquierda con Rico comandando la ofensiva, pero el ataque alavesista llegó a convertirse por momentos en un totum revolutum. Así, varios jugadores aparecían a la vez en la misma posición estorbándose entre ellos, mientras que en otras ocasiones ocurría justamente lo contrario, al no haber nadie situado donde caían balones ciertamente comprometidos para el cuadro entrenado por Pacheta.
Como no mataba el Oviedo el partido, el Alavés decidió tocar a rebato y Álvarez Tomé sacó del banquillo todo su arsenal demostrando que lo mismo daba perder por uno que por dos, más aún teniendo en cuanto el enorme valor de conseguir aunque fuera un punto en el Carlos Tartiere. Precisamente, de esa asunción del riesgo máximo brotó la certificación de la derrota.
Con los tres cambios realizados (Jito, Indiano y Casares), con una defensa muy adelantada de solo tres hombres y después de haber desaprovechado varias ocasiones para empatar, el Oviedo encontró el resquicio, enorme por otra parte, para colarse en la zaga albiazul. Alcanzó Xavi Moré con suma tranquilidad los dominios de un Dituro que cometió un penalti en su intento desesperado de evitar el gol. Roja y Morcillo obligado a ponerse bajo palos. Rubiato se encargó de sentenciar desde los once metros en el minuto 80 batiendo al improvisado guardameta albiazul. Quedan ocho jornadas por delante. Ocho jornadas en la que la reacción es obligada si este Alavés quiere ser primero y dejar atrás su particular camino de espinas.
Goles: 1-0, minuto 13: Manu Busto. Pase en profundidad desde la defensa de Jorge Rodríguez en el que Dituro mide mal su salida al no entenderse con Morcillo, lo que aprovecha Manu Busto para marcar a placer. 2-0, minuto 80: Rubiato, de penalti. Claro penalti de Dituro sobre Xavi Moré que transforma Rubiato con Morcillo de portero.
Tarjetas: Vidal Araujo (colegio gallego). Expulsó por roja directa a Dituro en el minuto 78. Amonestó a Pascual (minuto 13), Jorge Rodríguez (minuto 38), Morcillo (minuto 60), Aitor Sanz (minuto 61), Ibon Gutiérrez (minuto 74) e Indiano (minuto 86). Amarilla al segundo entrenador del Alavés, Alfonso Subero, en el minuto 48.