Vitoria. Como el enfermo terminal que se despierta cada mañana esperando que se haya descubierto un nuevo fármaco que puede curar su irreversible mal. Así afrontan desde hace muchas semanas ya los aficionados del Deportivo Alavés las comparecencias públicas de los responsables de la Diputación. Confiando en que salga de su boca de una vez por todas el esperado anuncio de la solución a los gravísimos problemas económicos del club de sus amores. Sin embargo, deberán seguir esperando. Al menos, de momento. Porque de las declaraciones de ayer posteriores al habitual consejo de diputados de los martes -que en esta oportunidad se celebró en la localidad de Peñacerrada-, no se derivó ninguna buena nueva.
De hecho, las únicas novedades que aportó el discurso de Claudio Rodríguez vinieron en todo caso a sembrar algo más de incertidumbre sobre el futuro de la escuadra del Paseo de Cervantes. Y es que el teniente de diputado general confirmó que los responsables del Palacio de la Provincia únicamente mantienen una vía de negociación abierta con posibles inversores en El Glorioso. Es decir, que en estos momentos el imprescindible proceso de capitalización que necesita el club solamente cuenta con un candidato posible. O se cierra esta operación, o el abismo se abrirá definitivamente bajo los pies del Deportivo Alavés.
Rodríguez fue un pasito más allá en sus declaraciones y ofreció un mínimo detalle sobre las características de esta solitaria alternativa. De esta manera, confirmó lo que ya es vox populi desde hace meses, que los interlocutores de la Diputación en esta operación de salvamento son un grupo de empresarios alaveses. "Se trabaja con gente de Álava, no trabajamos ni con un indio ni con un jeque", ironizó.
Pese a que de sus palabras y los largos meses de espera podría derivarse un panorama nada halagüeño, el portavoz foral intentó transmitir un mensaje esperanzador sobre el futuro del combinado albiazul. "Hay abierta una posibilidad de capitalización y es en la que trabajamos pero sí que podríamos decir que estamos un poco más cerca de la solución que ayer y un poco más lejos de lo que esperemos estar mañana. Por lo tanto creemos que las cosas van bien y en los plazos establecidos podremos aportar una solución. Hay que recordar que la ampliación de capital tiene una fecha que es el 4 de abril, disponemos de apenas veinte días y tenemos que conseguir que en ese plazo las cosas encajen con un objetivo, conseguir salvar al Deportivo Alavés", argumentó.
Flecos eternos El propósito, en cualquier caso, no resulta sencillo y se complica todavía más a medida que transcurre el tiempo y las amenazas directas sobre la supervivencia del club. Así, el juicio por incumplimiento del convenio de acredores del próximo día 24 supone un primer match ball para la institución que, de no haber recibido antes la inyección de capital que precisa, tendrá muy difícil poder salvarlo. Ese es uno de los principales motivos que explican la urgencia por encontrar una solución que, por el momento, se ha resistido sobremanera y a la que la Diputación no se atreve a poner fecha. "Hay personas, empresarios alaveses, que están en la posición de poder capitalizar al Alavés pero quedan flecos por cerrar y algunas actuaciones por definir. No podemos poner plazos pero seguimos trabajando para conseguir el objetivo. Esperemos que se consiga pero que a nadie se le escape la importancia que tiene la capitalización y la inversión que requerirá. Las instituciones acompañaremos al colectivo de personas que van a hacer la capitalización para dotarles de aquellos apoyos que puedan estar en nuestra mano pero no deja de ser un reto. Desde luego un reto que nosotros hemos asumido y creemos que estamos cerca de la solución pero hasta que esta no esté cerrada no lo podremos anunciar", concluyó Rodríguez.