Vitoria. Cuando todo hacía indicar que la resolución de los problemas del Deportivo Alavés era cuestión de días, una nueva demora se dibuja en el horizonte. No están resultando nada sencillas las negociaciones para la llegada de nuevos inversores al club y el acuerdo entre todas las partes implicadas todavía requiere de algo más de tiempo para que todos los cabos, que no son pocos, queden perfectamente atados. En esta tesitura, y ante la conclusión del segundo mes de ampliación de capital el próximo lunes 28 de febrero, desde la Diputación Foral de Álava se pusieron ayer por la tarde en contacto con el presidente alavesista, Alfredo Ruiz de Gauna, para solicitarle que extienda durante treinta días más el plazo hábil para la compra de nuevos títulos. En estos momentos, el propietario del paquete mayoritario de acciones del club se encuentra estudiando esta petición, a la que en un principio se mostraba remiso al considerar que ya ha habido tiempo suficiente para la aparición de nuevos inversores. Un nuevo juego de maniobras tácticas se pone en marcha cuando el segundo mes de ampliación está a punto de cerrarse sin que, ni de lejos, se haya suscrito el capital de 2.530.630,7 euros que se había acordado.

El Ejecutivo foral evidencia con esta nueva petición de extensión del proceso de ampliación que se están produciendo movimientos alrededor del club para la llegada de nuevos inversores, pero lo que también queda claro es que la concreción del proceso está llevando mucho más tiempo del inicialmente previsto, ya que según las últimas manifestaciones de algunos de los máximos responsables políticos de la ciudad todo iba a cerrarse antes de la conclusión del presente mes.

La pelota queda ahora en manos de Ruiz de Gauna y su consejo de administración, que tiene la potestad de extender el proceso de ampliación de capital durante otros dos meses más a partir del cierre que se producirá el próximo lunes. El presidente alavesista, muy molesto al no haberse puesto nadie en contacto con él a lo largo de los dos últimos meses para informarle de la marcha de los acontecimientos, puede ahora reforzarse en su postura y pedir garantías de que se van a cumplir sus exigencias de recuperar gran parte de su inversión antes de dar paso a la llegada de los nuevos inversores.

Mientras tanto, la particular partida de cartas en la que se ha convertido la capitalización del Alavés amenaza con seguir extendiéndose ad aeternum ante la evidencia que la barrera que suponía el final del mes de febrero va a quedar derribada sin que se haya producido la inversión. En el horizonte siguen apareciendo amenazas de disolución (subasta de Ibaia y demandas por impago) que precisan de la liquidez que solo puede aportar esa llegada de nuevos inversores.