Vitoria. Sin dar el brazo a torcer. Tomé dejó claro el domingo que el Alavés nunca se rinde y Joaquín Calderón corroboró ayer las palabras de su técnico. "Somos un equipo que hasta el último minuto siempre lucha por la victoria y nunca da un partido por perdido".
El ilicitano quiso destacar ayer la confianza que hay en el equipo en sus posibilidades y el hambre de triunfo que tiene la plantilla. Por eso, cuando el interior albiazul fue cuestionado sobre la suerte que ha podido tener el equipo en algunos partidos recientes, Calderón quiso dejar claro que a veces la suerte llega a quién la busca. "El equipo, aunque tenga fortuna, siempre lo intenta. La fortuna le viene al que lo intenta. Hasta el último minuto se buscó la victoria. Cuando íbamos empate a uno, en vez de recular, fuimos a por el partido y se demostró que teníamos ambición", aseguró.
Siempre a por todas. Conjurados en un mismo objetivo. Tal y cómo sucedió en el vestuario durante el descanso, donde hicieron propósito de enmienda para dar la vuelta al marcador. "Se habló de que teníamos que estar todos juntos, que no se había hecho una buena primera parte y que teníamos que salir a por la victoria porque, después de la derrota del Eibar, teníamos que conseguir los tres puntos para distanciarnos más".
Lo consiguieron. Ya tienen la ventaja que buscaban. Cinco puntos sobre el segundo y once sobre el quinto. Un buen colchón. Eso sí, Calderón es consciente de que todavía queda trabajo por delante y sabe que aún no pueden relajarse. "Estamos mentalizados de que las cosas no están hechas hasta que no acabe la temporada. Hace poco íbamos a cinco puntos y nos recortaron a dos, igual que nosotros recortamos muchos puntos al Eibar cuando ellos iban primeros. Esta Liga es difícil y hay que seguir sumando", apuntó.
Por último, Calderón destaca que una de las claves del buen momento del Alavés es su "pegada". "Hay un gran número de jugadores con mucho talento arriba. Y que siga habiendo hasta el final de temporada para conseguir el objetivo, que es quedar primeros".